Otro derbi igual. La diferencia entre plantillas decide nuevamente un Sevilla-Betis en el que Gameiro abrió la lata cuando más flaqueaba el encuentro. El Betis, por su parte, muy mal en defensa.
Con más variaciones en el once compareció el Sevilla, que piensa también en el próximo jueves europeo, frente a un Betis ya salvado y que con su mejor equipo llegaba a Nervión con ganas de dar la campanada en el Pizjuán. Sólo una novedad importante, Bruno ocupó de inicio el lateral diestro en detrimento del lesionado Vargas.
Y comenzó más enchufado el conjunto de Juan Merino, que ocupaba la parcela ancha con la posesión del cuero y que metro a metro le iba ganando terreno a un Sevilla titubeante y que ni siquiera se asomó por el área de Adán. Hasta el cuarto de hora no lo intentó Banega y tras un fallo de N’Diaye en el pase.
Pero cuando sí avisó el equipo de Emery fue en el 18 con una buena triangulación entre Gameiro y Banega que perdonó Mariano con la testa en el segundo palo con todo de cara para el gol. Mejores minutos para los locales, que a base de velocidad le comenzaron a meterle mayor intensidad al choque. Y que seguirían cercando la meta de Adán a base de llegadas, algunas de ellas lo suficientemente claras como para ponerle el número uno al marcador. Como la de Konoplyanka a la media hora que no acertó en el pase de la muerte a su compañero Mariano. O el cabezazo de Krychowiak en el 37 en un saque de esquina que se le fue arriba. Poco más hasta el pitido del colegiado que enviaba a ambos conjuntos a los vestuarios.
Con nervios e imprecisiones, así comenzaría una segunda mitad en la que durante los primeros compases brilló más la intensidad y la dureza de algunas entradas que el propio fútbol.
En el 54 sí se asomó el Betis por la meta de Sergio Rico y avisaron seriamente a la parroquia local con un zapatazo de Cejudo ante el que el portero sevillista tuvo que responder con una buena mano. Y respondió el Sevilla en el 59 con un cabezazo de Krychowiak que se marchó rozando el palo izquierdo de Adán.
Y cuando más adormecía el duelo golpeó el Sevilla. Corría el minuto 66 cuando una contra dirigida por Banega la centró al área N’Zonzi para que Gameiro, en el segundo palo, remachara con la testa hasta el fondo de las mallas. Nervión explotó en júbilo.
Y en las gradas se cantó el segundo del Sevilla en el 76, pero Krychowiak remató en dudosa posición y lo señaló el colegiado. Pero Coke dio la alegría al instante. Derechazo del lateral madrileño ante el que nada pudo hacer Adán para evitar que el segundo de la tarde subiera al marcador. En ese momento, los de Merino imperaron su corazón frente a la mente y el derbi se fue apagando poco a poco. Quizás la llegada de Rubén Castro en el 83 fue la ocasión más clara para los verdiblancos, pero el disparo del canario se marchó a la izquierda de Sergio Rico.
Al final, tres puntos importantes para los sevillistas que se quedan en Nervión antes del crucial jueves en Ucrania y que bien valen para casi atar una plaza que le dé un billete asegurado para jugar en Europa la próxima temporada a través de la Liga. Por su parte, el Betis se marchó de Nervión con la triste sensación de que le costará un mundo ganar un derbi a su eterno rival mientras la diferencia entre plantillas sea tan abismal. Eso sí, la mejor de las noticias se quedó en una grada en la que convivieron sevillistas y béticos sin destacar nada en negativo.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es