Y lo peor, pese a todo lo que se ha venido diciendo en los últimos días, es que a día de hoy no se sabe cómo están las negociaciones, ya que por un lado aparece el propio Joaquín Morales dando una imagen de que está dispuesto a vender a cualquier precio, pero luego el grupo de Nuchera le exige empezar de cero (lo que implicaría dar marcha atrás en las renovaciones) y agilidad para cerrar ante notario los acuerdos que se puedan alcanzar. Es decir, que no sabe si hay siquiera negociaciones oficiales encima de la mesa o si todo se ha roto y deberá ser el actual presidente el que tenga que seguir llevando las riendas del club en el futuro.
Y este panorama no sólo cansa, sino que provoca desánimo entre los aficionados, pero también en la plantilla, que ha dejado claro que ellos no van a intervenir en este tema... hasta que les dejen de pagar, momento en el que tendrán que movilizarse. Y con el panorama que hay actualmente, ésa parece que va a ser la situación que se pueda esperar, ya que Joaquín Morales --que es libre de decidir lo que quiere hacer con algo que es suyo-- ha confirmado en numerosas ocasiones que no tiene dinero para continuar y el Ayuntamiento ya amenaza con dejar de pagar la subvención este mismo año. Todo esto implica, por tanto, que el año en el que se volvía a recuperar la ilusión con el equipo, se volverá a sufrir en demasía fuera de los terrenos de juego. Lamentable.
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