Vuelven las patrullas ciudadanas en San Mateo y sus alrededores para combatir los efectos de la movida y el botellón. La asociación de vecinos del centro histórico aprobó por unanimidad en asamblea la noche del miércoles recurrir a esta medida extrema que ya pusieron en práctica hace dos años tras un nuevo verano complicado. Venían avisándolo por activa y por pasiva: no querían retroceder todo lo que se había avanzado en estos últimos dos años gracias a un dispostivo policial que además coincidió con el cierre de una conocida discoteca que las pasadas navidades reabrió sus puertas, pero estos últimos jueves y fines de semana de agosto la peor cara de la movida les ha comido terreno. Así al menos lo aseguran ellos, cansados de que los coches-discoteca, el escándalo y el botellón se hayan instalado en la zona, lo cual no están dispuestos a consentir.
Una vez que ya han dado luz verde a esta medida, a partir de ahora jugarán con el factor sorpresa y según vayan observando cómo transcurren los próximos fines de semana volverán a salir a la calle. Según explica el presidente del colectivo vecinal, Alejandro González, lo harán “de forma pacífica” al objeto de hacer un diagnóstico de las zonas más afectadas y dar parte a la Policía Local. “Nosotros no vamos a decirle nada a la gente, aunque esta vez seremos un poco más reivindicativos”, advierte.
¿A qué se refiere?Los vecinos prefieren ser cautos y no adelantar mucho, pero no descartan llevar pancartas y cortar determinadas calles en señal de protesta, porque no quieren que el otoño y el invierno sigan complicando más las cosas en el barrio ni que el vandalismo vuelva a la puerta de casa. Lógicamente, como apunta González, si de aquí a las próximas semanas las aguas se calman no tendrán que echarse a la calle, algo que ven complicado porque les consta que cada vez se están haciendo más promociones desde ese local de copas en cuestión para atraer a más público joven.
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