Fuentes de la investigación informaron ayer a Efe de que el principal imputado es el propietario del establecimiento, con antecedentes policiales por corrupción de menores, mientras el resto de detenidos son un camarero del bar, la pareja del propietario y un ex empleado.
La mayoría de los chicos tenían 16 ó 17 años y son de nacionalidad rumana u origen magrebí, aunque también había subsaharianos, todos de condición humilde, lo que aprovechaba el cabecilla para captarlos.
Aunque les solía pagar veinte euros por servicio, en ocasiones les entregaba una dosis de droga, habitualmente medio gramo de cocaína, según las fuentes.
Algunos de los adolescentes han prestado declaración, entre ellos uno que pertenece a una familia con dificultades económicas, ya que el padre está en paro y sólo obtiene algunos ingresos recogiendo chatarra.
También han declarado clientes, cuyo perfil corresponde a individuos de edad media (aunque hay algunos de unos 60 años) y de clase media o media-alta.
Los cuatro detenidos han sido acusados inicialmente de corrupción de menores, delitos relacionados con la prostitución y tráfico de drogas.
El propietario del pub era el que presuntamente se encargaba de entrar en contacto con los adolescentes por teléfono y cobraba por los servicios sexuales a los clientes.
En el domicilio del principal inculpado se halló una balanza de precisión y una cantidad no precisada de cocaína, cuya venta era otra vía de ingresos de los arrestados.
Un amplio operativo policial irrumpió en el establecimiento situado en la calle San Juan de Letrán, en el centro de la capital, cuando estaba abierto al público en la madrugada del pasado sábado.
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