La cumbre climática de Lima ha terminado este domingo tras una maratoniana sesión definitiva de negociación que ha culminado con un acuerdo de mínimos en el que se estipula, por vez primera, que cada país se comprometa a desarrollar planes individuales para reducir las emisiones de gases responsables del cambio climático.
La "Llamada de Lima para la Acción Climática" estipula que todos los países, tanto los desarrollados como los emergentes, emprendan acciones inmediatas para combatir el cambio climático. Sin embargo, se desconoce si el plan de acción será suficiente para alcanzar el objetivo ideal: reducir el calentamiento global al límite establecido de dos grados centígrados por encima de los niveles preindustriales.
"A mí me parece que está bien, y creo que es un acuerdo que nos impulsa", ha declarado el ministro de Medio Ambiente peruano y presidente de la cumbre, Manuel Pulgar-Vidal.
Hay que destacar que el acuerdo impone a las naciones desarrolladas la responsabilidad de abanderar la lucha contra el cambio climático proporcionando apoyo financiero a los países en desarrollo quienes, a su vez, deberán adoptar medidas para frenar la contaminación que genera su emergente industria.
Países como India, cuyo ministro para el Medio Ambiente, Prakash Javedekar, expresó su satisfacción --"tenemos lo que queremos", declaró-- ante la responsabilidad asumida por los países más desarrollados, que supone un agradecido cambio de tendencia tras 20 años en los que las principales economías del mundo han renunciado a liderar esta lucha.
Así, los 190 países firmantes han acordado un principio de fecha límite, el 31 de marzo de 2015, para establecer sus propios planes de reducción de emisiones.
En suma, "se trata de un buen documento que prepara el camino a la cumbre de París", en palabras del Comisario Europeo de Cambio Climático y Energía, Miguel Arias Cañete a Reuters.
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