El Jueves

Otro modelo era necesario

La frase “que nos gusta una vara” tuvo que crear -supongo- más de una situación incómoda en las butacas del Maestranza, así como las críticas internas, los dimes y diretes y la falta de caridad cristiana en la convivencia

El Pregón de la Semana Santa de Francisco Berjano ha sido distinto, bajo el punto de vista del que escribe. Un modelo que, repito, creo necesario en el momento que estamos viviendo en la hermandades y cofradías. Un modelo de texto sereno, sin estridencias, sin búsqueda del aplauso fácil y moredado en las dicción y en el tiempo.

Berjano, con la cruz como eje común en todo su texto, abordó sin salidas de tono en su lenguaje, salvo alguna licencia literaria, un texto cristiano y comprometido, pasando de puntillas pero con contundecia por asuntos como el aborto -sin referirse explícitamente al término-, la verdadera realidad física de la cruxifición, alejada de estereotipos artísticos con una referencia a la película de Mel Gibson, los cultos y la formación como vehículos hacia la evangelización y la vida interna de las hermandades.

La frase “que nos gusta una vara” tuvo que crear -supongo- más de una situación incómoda en las butacas del Maestranza, así como las críticas internas, los dimes y diretes y la falta de caridad cristiana en la convivencia del día a día. Alguien tenía que decirlo y le ha tocado a él: Con qué facilidad largamos de los demás. Es la especialidad de la casa”. Asi de contundente fue el magistrado pregonero.

Especialmente emotiva la referencia a cómo colectivos de disminuidos viven la Semana Santa; los invidentes tocando con sus manos al Cristo de la Vera-Cruz; o los problemas de audición de su propia esposa. Sin tapujos y hablando muy claro. Francisco Berjano realizó, durante su alocución, referencias a Benedicto XVI, Juan Pablo II y también al Papa Francisco, siendo estas últimas premiadas con un espontáneo aplauso del público.

“Cirinear” fue un verbo conjugado por el pregonero, que no perdió la ocasión que le brindaba el atril del Maestranza, para abogar por la santificación de los cofrades, objetivo éste al que debe conducir el papel hoy de las hermandades, así como una defensa de los aspectos costumbristas y clásicos de los cultos, aunque sin perder el verdadero objetivo de los mismos. También aparecen por su texto, con  nombres y apellidos, cofrades a los que muchos recordamos y conocemos. Mención especial a los antiguos programas de radio “Cruz de Guía” con Mira y Bará al frente o a “Saeta”.

Mucho dará que hablar este pregón y mucho se me queda en el tintero que contar. Un pregón con referencias tan populares como esos “tres besos de los costaleros” o tan profundas como su agradecimiento personal a la Macarena.

Claro, por derecho y de frente, así ha sido el pregón de Francisco Berjano. Sí, otro modelo de pregón era necesario. Y saludable. E higiénico, muy higiénico.
 

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