Patio de monipodio

Sin ánimo de ofender

Con permiso del amigo Tomás Gutier, que vamos por otro lado, aunque dentro del mismo tema. Sin duda. Habrían creído algunos que menospreciar a “gente inferior” no es menosprecio. (La “gente inferior” somos los andaluces)...

Con permiso del amigo Tomás Gutier, que vamos por otro lado, aunque dentro del mismo tema. Sin duda. Habrían creído algunos que menospreciar a “gente inferior” no es menosprecio. (La “gente inferior” somos los andaluces). Ahora se nos acusa de falta de sentido del humor, por los partidarios de ver el andaluz como “la lengua de los chistes” y los andaluces como irrisorios; cómicos, todo lo más, dignos tan sólo de conmiseración. Acusan los autores del desprecio: realizadores y directores de programas incapaces de valorar la calidad de interpretación. No importa la calidad del actor o actriz. Con acento andaluz sólo les sirven para portero o chacha; profesiones tan dignas como cualquier otra. Por supuesto. Pero ¡qué casualidad! No hay un solo profesor, abogado, médico o directivo con acento andaluz, en ninguna serie de TV. Y no será por falta de actores y actrices capacitados. Es que los personajes principales, “sólo” se pueden interpretar con acento de “Madrit”.
​

Se puede hacer televisión sin faltar el respeto a nadie. Con rigor histórico o en ficción; lo han demostrado otros realizadores, como es el caso de Daniel Écija, en cuyas series no se ridiculiza a los andaluces. Aquellos, no. No es problema de actores, sino de acento. Quienes consideran el andaluz burdo, grotesco, propio de vagos, desde que se han encontrado con una respuesta sólida a su incivilidad, después de acusar “falta de sentido del humor en los andaluces", se limitan ahora a no contratar actores de nuestra Comunidad. Motivo doble para reconocer su valor al creativo australo-hispano. No sólo no ha necesitado faltar el respeto a nadie para hacer series de éxito, sino que en su última realización es reseñable la nómina de actores y actrices andaluces y con acento andaluz. En ella, el acento meridional no es relegado a “chistosos” y palurdos. Suficiente para felicitarnos y felicitar al equipo que le acompaña.

Sin alcanzar la tan casi inalcanzable perfección, incluso los guiones de Águila Roja mantienen un grado aceptable de rigor, dentro de la ficción, tanto en la ambientación como en las funciones de sus personajes. Que hayan girado desde el peyorativo apelativo de “moros”, aplicado a los andaluces anteriores a la conquista, a reconocer el derecho de los huidos o expulsados por obra de la misma conquista, es un avance. No se ha llegado a reconocer que la inmensa mayoría de aquellos huidos y expulsados no eran de religión musulmana; ni, mucho menos, descendientes de norteafricanos ni de árabes, dado el escaso número de ambos grupos que arribaron a la península. Avance es el hecho de considerarlos con iguales derechos que a los llamados “cristianos viejos” (los invasores castellano-leoneses), aunque se les siga creyendo de raza bereber.

Entre las muchas cosas que otros realizadores pueden aprender de Daniel Écija, está esta pulcritud en respetar a todas las nacionalidades de la península ibérica, dónde no debe haberciudadanos de segunda clase. Al menos no debe haberlos, -porque, contradicción de las contradicciones- el mantenimiento de la doble consideración, es el mejor camino para desmembrar esa “patria única” española que luego defienden con tanto denuedo.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN