De este modo, y desde finales del siglo XIX hasta comienzos de la Primera Guerra Mundial, una generación de mujeres británicas, no sólo escritoras, reaccionaron enérgicamente contra el sistema tradicional, dispuestas a perseguir la igualdad con los hombres, a dar un giro a las convenciones y a las nociones aceptadas de feminidad. Sin duda hay que resaltar que, aún teniendo unas circunstancias tan poco favorables, como la falta de independencia, de tiempo libre y por qué no, de habitación propia, sus obras no trascendieron tan sólo en su país y su época, sino que siguen siendo consideradas de la máxima calidad; en algunos casos, fueron auténticas precursoras de la narrativa moderna, y además facilitaron el camino a futuras mujeres y creadoras que lucharon, y siguen luchando hoy en día, por la igualdad de derechos.
Tal y como afirma Marta Salís, -encargada de la selección de los relatos y del prefacio-, el género breve ofrecía a finales del siglo XIX mucha más flexibilidad y libertad que la tradicional novela victoriana -que terminaba siempre con el casamiento o la muerte de la heroína-, y se convirtió en el vehículo idóneo para que dichas féminas expresaran sus ideas sobre la educación, el sexo y el matrimonio. Pero no sólo se incluyen aquí textos escritos por “nuevas mujeres” o protagonizados por ellas. También se incluyen otros de hombres que apoyaron y defendieron a esta mujer más “liberada” y que respaldaron este cambio, o al menos, se hicieron eco de él. A su vez, se recogen cuentos referidos al clima social e intelectual que propició su aparición y que crearon una enorme confusión en la mentalidad masculina de la época.
Junto con el relato que da título al libro “Cuando se abrió la puerta” -de la citada Sarah Grand-, hay que destacar los de Vernon Lee, Constance Fenimore Woolson, Clarence Rook, autoras importantes y casi desconocidas en nuestro país, junto a otras de la talla de Edith Warton, Virginia Wolf, Kate Chopin o Katherine Mansfield. Sin olvidar los relatos de Arthur Conan Doyle, Henry James o Saki.
Celebremos, pues, la publicación de este espléndido volumen que no sólo evidencia el talento y la valentía rebeldía de estas admirables mujer de entonces, sino que más allá de absurdas ocurrencias de algunos miembros y “miembras” del actual Gobierno, dieron un paso más en esa igualdad tan necesaria hoy, y por desgracia, aún lejana.
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