Una subasta o una absorción. Esas son las dos alternativas que le quedan al presidente de Unicaja, Braulio Medel, para hacerse con Caja España-Duero (Ceiss) y dependerá de que Bruselas apruebe el plan de reestructuración y de capitalización aprobado la semana pasada por Ceiss, condicionando su futuro según la entrada de capital público en la entidad.
El comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia, será el encargado mañana por la mañana de revelar si el plan de reestructuración presentado por Ceiss pasa el corte de Bruselas, que ya ha obligado a que la entidad entre en el capítulo de las cajas nacionalizadas parcialmente (como BMN, donde se integra Caja Granada) a las que se les inyectará dinero público directamente a través del FROB y no mediante bonos convertibles (cocos).
Las necesidades de capital público dependerán, entre otros factores, de la venta de activos de la entidad y del impacto del traspaso de los activos tóxicos al banco malo o Sareb, que en el caso de Ceiss fueron cifrados hace un par de meses en 7.000 millones, que se traspasarán al Sareb en una segunda fase (previsiblemente en febrero) y que le obligará a ampliar capital.
Esos factores se unen al plan aprobado por Ceiss, que contempla la posibilidad de proseguir en solitario o con otra entidad (Unicaja), aunque todo dependerá de si el porcentaje público no es superior al 30%. Si lo rebasa, Ceiss está avocada a la subasta, según destacaban en el consejo de administración en el que cifraban en 600 millones la necesidad de ayudas públicas y en mil los despidos y 250 los cierres de oficinas.
Así las cosas, el futuro de la fusión Unicaja-Ceiss depende de qué postura adopta Bruselas ante las pretensiones de la entidad malagueña, puesto que tendrá que dirimir si admite una posible fusión por absorción una vez saneada -lo que implica más dilaciones del proceso y condicionar la participación de Unicaja en el consejo de administración al porcentaje de capital público inyectado- o que Medel opte a la subasta de Ceiss al mejor postor, opción por la que siempre se han decantado desde a Unión Europea.
Mientras, en Unicaja sigue el ambiente de incertidumbre en su plantilla, pendiente de otra fusión y denunciando los niveles de estrés a los que la someten, lo que contrasta con el hecho de que la intervención del FROB en Ceiss permitirá a Braulio Medel continuar con su sueldo actual, 600.000 euros al año y 1,2 millones de indemnización por cese.
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