“Hace cinco días que llevo los mismos pantalones, porque no he podido ni volver a mi casa”. Asustado y hundido, José Rogelio Ortega Piña, de 42 años, contó ayer a este diario el drama que él, su mujer y sus cuatro hijos están viviendo desde que se le pusiese en el punto de mira como propietario de la agencia de viajes que supuestamente estafó a 63 alumnos del IES Isla Verde con el viaje de fin de curso.
Ortega asegura que el pasado miércoles puso el hecho en conocimiento del centro, y que desde la junta directiva del mismo se eludió dar información a los padres hasta dos días después.
Ese viernes, dijo haber acudido “a dar la cara” ante los padres y que se sintió “vilipendiado, empujado y agredido” por los supuestos estafados, pese a haber aportado la alternativa de un último pago de 250 euros “con compromiso de carta notarial de devolución del dinero”.
“Amenazados”
Ortega asegura que no puede volver a casa porque alumnos afectados viven en su bloque y se siente amenazado tras la sonada protesta de los jóvenes frente a su casa del pasado viernes.
También incidió en que su hija de 14 años está recibiendo amenazas en las redes sociales.
El propietario de Anana Viajes asegura que su carrera de 20 años como promotor de viajes está acabada. “Voy a tener que irme de Algeciras, comenzar desde cero y perder mi cartera de clientes”, se lamentó.
Ortega asegura que actualmente su empresa está en quiebra, pero insiste en que no estaba en la actual situación cuando él mismo planteó el viaje a París. De hecho, colaboraba con el centro desde hace cinco años. “Para mí, lo más duro es que los niños no hayan viajado”, concluyó.
Aval
Un aval de 60.000 euros procedente de un seguro contratado obligatoriamente por la agencia de viajes en relación a esta promoción podría ser la solución al problema, según indicaban ambas partes.
Uno de los portavoces de los padres, Miguel Esteban, incidió en que la representación legal de los padres está insistiendo en esta vía para que los que invirtieron 650 euros en el viaje puedan recuperar el dinero. Para Esteban, esta opción sería “un rayo de esperanza” porque el citado aval cubriría los gastos
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