Andalucía

Condenado a 18 años el joven que degolló a su mujer en Vícar

La Audiencia Provincial ha condenado al joven rumano I. R. a quince años de prisión como autor del homicidio de su mujer, a la que degolló y asestó otras diecisiete puñaladas en Vícar (Almería).

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  • Nicoleta M. (c), la madre de la joven de degollada a su llegada al juicio el pasado diciembre. -
  • Tres de ellos son por lesionar a la madre de la joven cuando intentaba salvarla
La Audiencia Provincial ha condenado al joven rumano I. R. a quince años de prisión como autor del homicidio de su mujer, a la que degolló y asestó otras diecisiete puñaladas en Vícar (Almería), además de imponerle otros tres años por lesionar a la madre de la joven cuando ésta trataba de salvarle la vida. 


Además de los dieciocho años de privación de libertad por delitos de homicidio con la agravante de parentesco y de lesiones, la sección tercera ha impuesto al hombre de 28 años el pago a la madre de Nicoleta I. R. de 83.830 euros por la muerte de ésta y por las lesiones y secuelas que ella misma sufrió por la acción de su yerno. 


Según considera probado la sentencia a la que ha tenido acceso Efe, los hechos que derivaron en la muerte de la joven de 21 años, de nacionalidad rumana, se iniciaron en la mañana del 20 de mayo de 2007 en el domicilio de la tía de ésta, situado en la calle San Mateo de La Gangosa de Vícar, donde la pareja inició una discusión. 


En el transcurso del enfrentamiento, la pareja se trasladó a la vivienda de la madre de la joven, situada en el mismo bloque, lugar en el que, "con la intención de acabar con la vida" de su mujer, el condenado se hizo con un cuchillo de filo liso de 28 centímetros de hoja con el que le asestó una primera puñalada en el cuello que le seccionó casi por completo la vena yugular interna. 


Una vez la joven cayó al suelo, su madre, para evitar sucesivas agresiones, agarró el cuchillo por la hoja, momento en el que su yerno tiró fuertemente de él, lo que le seccionó dos dedos de la mano derecha y el tendón, lesiones de las que tardó 20 días en curar y que le dejaron como secuela una limitación funcional. 


Tras la intervención de la madre de Nicoleta y pese a que la joven seguía tendida en el suelo tratando de protegerse e implorando a su marido que "lo dejara ya", el homicida le asestó otras diecisiete puñaladas en una ataque que cesó con su muerte. 


A pesar de que la sentencia se refiere a la muerte de esta joven a manos de su esposo como una "reacción inhumana" de "brutalidad extrema", I. R. ha sido condenado como autor de un delito de homicidio y no de asesinato, al estimar la sala que en este caso no concurren las circunstancias de alevosía y ensañamiento. 


En el último de los casos, todo ello en concordancia con las estimaciones del fiscal, que tras la vista oral eliminó de sus conclusiones iniciales la afirmación de que el hombre causó voluntariamente a la joven un dolor innecesario, la magistrada sostiene que la pluralidad de cuchilladas no son un elemento suficiente para apreciar el ensañamiento. 


En el mismo sentido se pronuncia la sentencia sobre la alevosía, que no es atendida al entender que el ataque no generó indefensión a la víctima que, situada frente a su esposo, le vio coger el cuchillo y lanzarse hacia ella, momento en el que se dio la vuelta y recibió la primera puñalada. 


También considera la jueza que restó sorpresa al ataque el hecho de que varios miembros de la familia de la fallecida presenciaran la acción de I. R, quien reconoció durante el juicio que se celebró el 4 de diciembre haber acabado con la vida de su joven esposa después de que ésta le confesara una infidelidad, lo que no fue corroborado por ninguno de los testigos que declararon ante el plenario.

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