Entre otras cuestiones, la citada Ley prohíbe la colocación de cualquier elemento en fachadas o cubiertas, como sería el caso de los carteles de grandes dimensiones colocados por este grupo sobre el edificio con el lema Valcárcel recuperado para el pueblo.
Concreta que para la colocación de “cualquier clase de rótulo, señal o símbolo en fachadas o en cubiertas de monumentos (...) y en sus respectivos entornos” es preceptiva una autorización de la Consejería competente en materia de patrimonio histórico --la Consejería de Cultura--, que también debe autorizar “cualquier cambio o modificación” en el inmueble inscrito como BIC o en su entorno. También debe serle comunicada “cualquier obra o intervención”.
Se da la circunstancia de que, a través de las redes sociales, el movimiento Valcárcel Recuperado ha hecho un llamamiento a todos aquellos que quieran colaborar en las labores de limpieza y de “rehabilitación del edificio”, invitando a todos aquellos profesionales --fundamentalmente fontaneros, electricistas, soldadores y técnicos en general-- que de manera voluntaria quieran participar en dichas tareas.
Según el texto legal, “las personas propietarias, titulares de derechos o simples poseedores de bienes integrantes del Patrimonio Histórico Andaluz, se hallen o no catalogados, tienen el deber de conservarlos, mantenerlos y custodiarlos de manera que se garantice la salvaguarda de sus valores”.
En cualquier caso, ante posibles infracciones se considera responsable a “quienes sean autores materiales y, en su caso de las entidades o empresas de quienes dependan”, así como a “las personas técnicas o profesionales autoras de proyectos, que ejerzan la dirección de obras o sean responsables de actuaciones que contribuyan dolosa o culposamente a la comisión de una infracción”. Valcárcel, construido en 1763 por Torcuato Díaz, es desde propiedad de Zaragoza Urbana.
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