Según ha indicado la Confederación en un comunicado, los hechos se remontan a hace varias semanas cuando una funcionario del Cuerpo Nacional de Policía estaba cumpliendo con su servicio de custodia de los detenidos que pasan a disposición judicial.
Así, en un momento dado, y aprovechando que la funcionaria policial se encontraba sola tras la ausencia de su compañero de servicio, uno de los detenidos que se encontraba en el interior de una celda, aparentemente, se empieza a encontrar mal, requiriendo a la mujer policía para que le asistiese, ya que se encontraba muy mareado y vomitando.
La agente, “cumpliendo estrictamente con su labor de protección de la integridad de los detenidos que se encuentren a su disposición y para evitar que pudiera tratarse de algo grave que hiciera peligrar la vida del detenido”, optó por abrir la celda para ayudarle, momento en el que el detenido se abalanzó sobre ella y agarrándola fuertemente del cuello con uno de sus brazos intentó asfixiarla. Según la CEP, en un gesto “muy rápido”, la mujer logró pedir auxilio mediante su equipo de transmisiones, siendo rescatada de su agresor por varios policías que se personaron urgentemente en el lugar.
Esta situación, según la confederación, es interpretada por el comisario como que la agente había obrado “incorrectamente” y por lo tanto se merece un expediente disciplinario, “a pesar de haber puesto en peligro su vida”. Además, ha afirmado que desde la Confederación Española “se tiene conocimiento de las presuntas presiones recibidas por el instructor del expediente, teledirigidas por el comisario, para que fuese duro con respecto a esta compañera”.
La CEP ha recordado que el comisario de La Línea ya abrió un expediente disciplinario contra unos funcionarios policiales que tomaban café en un bar. Finalmente, la Confederación Española de Policía ha anunciado que va a pedir la dimisión a todos los organismos existentes.
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