La biografía ha sido publicada por la editorial sevillana Espuela de Plata, con prólogo del poeta e investigador del Museo del Prado Jaime García-Maíquez y traducida por Aurora Rice.
Se trata del principal tributo rendido por el gran escritor inglés a su más insistente y desconocida pasión artística.
Abelardo Linares, director del sello editorial, ha señalado, en declaraciones a Efe, que pese a ser una obra de juventud ya muestra los "registros" del inimitable estilo de Chesterton (1874-1936).
Desde joven, según el editor, Chesterton estuvo fascinado por la pintura, y sólo la literatura y el periodismo le gustaron más.
En opinión de Linares, el escritor en esta obra ahora publicada en español no se limita al relato de la vida de Watts (1817-1904) -a quien definió como "un pintor un tanto sombrío y visionario, muy literario y extremadamente simbólico y alegórico"- sino también a retratar la época del pintor, la segunda mitad del siglo XIX.
García-Maíquez advierte en su prólogo que lo que a Chesterton le interesó de Watts a la hora de escribir su biografía fue que se trataba de un "artista serio, solitario, universal, espiritual, alegórico, simbólico, victoriano, decimonónico" e inglés.
Un pintor, que a juicio del experto, tenía un "mensaje que transmitir", al aspirar a crear con sus imágenes "un lenguaje simbólico y universal para que las emociones, sentimientos, esperanzas y miedos del hombres se vieran reflejados a través de sus pinceles".
Watts era "un genio absoluto que aspiraba con la más soberbia humildad a la pureza de todas las cosas y de todos los sentimientos", según García-Maíquez.
Pero las páginas de esta obra no solo son el retrato del singular pintor que fue Watts, sino también las fulgurante y apasionadas disquisiciones sobre la pintura expuestas por un Chesterton juvenil.
García-Maíquez destaca la habilidad del escritor de carecer de enemigos pese a ser "una persona que se pasó toda la vida discutiendo" y a que "nadaba en el río de su tiempo a contracorriente".
Chesterton concluyó esta obra poco antes de morir el pintor y cuando él tenía apenas treinta años.
En el año 1900 publicó su primer libro: la colección de poemas "Greybeards at play".
A éste siguieron las biografías de Robert Browning (1903) y Charles Dickens (1906); y las novelas "El Napoleón de Notting Hill" (1904), una critica al mundo mecanizado moderno en la que destaca las virtudes de épocas anteriores, y "El hombre que fue jueves" (1908), que denuncia la decadencia cultural de finales del siglo XIX.
La trascendencia internacional del autor británico, al margen de sus excelentes libros de ensayo, se basó en la escritura de novelas y relatos que mostraban su manejo lingüístico, su humor y su imaginación para narrar relatos de investigación, como los protagonizados por el "padre Brown", que el otorgaron fama mundial .
Las aventuras del popular sacerdote están recogidas en textos como "El Candor del Padre Brown (1911)" o "La sabiduría del Padre Brown (1914)".
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