La Congregación para la Doctrina de la Fe ha concluido que el religioso es culpable del delito de abuso sexuales contra al menos un menor y otras víctimas, todos contra antiguos feligreses de una parroquia de Santiago, y, dada su edad, le ordena “retirarse a una vida de oración y penitencia”, agregó Ezzati.
En un proceso paralelo, la justicia civil decidió archivar recientemente la investigación por estos hechos, cometidos hace dos décadas y que salieron por primera vez a la luz pública en abril de 2010.
El Arzobispado de Santiago, encabezado por el propio Ezzati, será el encargado de decidir la residencia a la que Karadima se deberá retirar y que puede estar situada “dentro o fuera de la diócesis”.
Según el presidente de la Conferencia Episcopal, con esta decisión se tratará de “evitar absolutamente el contacto con sus ex parroquianos o con miembros de la unión sacerdotal o con personas que se hayan dirigido espiritualmente con él”.
Además, al sacerdote se le prohíbe asumir cualquier tarea en la parroquia del Sagrado Corazón de Santiago de El Bosque, situada en un barrio de Santiago en la que desempeñó su labor durante años.
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