La sentencia de la Sección Séptima, a la que ha tenido acceso Efe, explica que la menor estaba en situación de desamparo y en agosto de 2003 se fugó del Centro de Acogida y fue localizada en casa de su hermana mayor, que convivía con el acusado J. M. M. A, de 44 años, en el domicilio de éste último en Sevilla.
La hermana mayor consiguió la custodia de la niña, que entonces tenía 11 años, y durante los siguientes tres años el acusado le hizo tocamientos libidinosos y al menos en once ocasiones consiguió que la víctima le masturbase o hiciese una felación.
Además, le mostraba películas pornográficas que fueron localizadas en un registro domiciliario practicado en abril de 2008, por lo que la condena incluye 3 años de cárcel por un delito de corrupción de menores, además de otros 9 años por un delito de abusos sexuales continuados.
Los jueces desestiman el argumento del acusado y su compañera, que negaron el delito y atribuyeron la denuncia a que el día previo a su interposición se habían dirigido al equipo de seguimiento de acogimientos para dar cuenta de “las dificultades que estaban teniendo con la menor a causa de su actitud rebelde”.
En la sentencia, los jueces se basan en las declaraciones “sustancialmente coincidentes” de la niña durante la causa, y en la explicación de que tardó tanto tiempo en denunciar (en abril de 2007, cuando empezó a vivir con su abuela) porque el acusado le amenazaba con que volvería a un Centro de Menores si se descubrían los hechos, a lo que se une el conocimiento de J. M. M. A. del “fuerte rechazo” que esas instituciones le causaban.
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