El Teatro Lope de Vega reanuda este fin de semana (21 y 22 de enero) su programación de temporada con reconocidos nombres de las artes escénicas nacionales como la bailarina y coreógrafa Sol Picó, Premio Nacional de Danza en 2016; y el dramaturgo Juan Mayorga, último Premio Princesa de Asturias de las Letras, que presenta en Sevilla el montaje 'Silencio' de la mano de la intérprete Blanca Portillo, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2014 y Premio Nacional de Teatro 2012, entre otros reconocimientos.
'Malditas plumas' es el título de la propuesta que Sol Picó pondrá en escena el viernes 27 (20,00 horas), un espectáculo de cabaré futurista en el que lanza su "particular canto a la libertad de la madurez", rindiendo homenaje al Paralelo barcelonés de los años 20 del pasado siglo. Picó interpreta a una vedette para mostrar diferentes episodios de su vida en un viaje que transita entre la ternura y la decadencia a través de sus recuerdos, experiencias y vivencias, ha detallado el Ayuntamiento en una nota de prensa este miércoles.
Con la adaptación de la escritora y poeta Cristina Morales (autora de Lectura fácil, ganadora del Premio Herralde de Novela 2018 y del Premio Nacional de Narrativa 2019), 'Malditas plumas' juega con la transformación, la interacción del público y la confusión entre ficción y realidad. Todo ello con la ironía y el sentido del humor del arte de Sol Picó.
Tras la danza, el teatro tomará el protagonismo con dos funciones (sábado 28 y domingo 29, a las 20,00 horas y las 19,00 horas, respectivamente) de 'Silencio', con las localidades agotadas desde hace semanas. El montaje es el resultado del monólogo en el que el dramaturgo Juan Mayorga, traducido y representado en los principales teatros europeos, adapta su discurso de ingreso en la Real Academia Española y que interpreta la actriz Blanca Portillo.
En el papel de Mayorga, Portillo se dirige a sus oyentes, los académicos, y las personas que han venido a acompañarlo. Les habla sobre el silencio en la vida y en el teatro al tiempo que viaja por silencios teatrales que resuenan en su memoria y en su cuerpo. Como el propio Mayorga explica, "me fue enseguida muy claro que ese discurso sobre el teatro podía convertirse él mismo en teatro, es decir, en una experiencia poética en el espacio y en el tiempo, y que no habría mejor intérprete para encarnarlo que mi amiga y admirada Blanca Portillo".
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