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Andalucía

El SAS pagará 211.000 euros al no diagnosticar un infarto

El paciente falleció después de que le diagnosticaran un ataque de ansiedad

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El Servicio Andaluz de Salud indemnizará con 211.000 euros a la familia de un paciente que falleció en octubre de 2007, después de que el médico de cabecera le diagnosticara un ataque de ansiedad cuando lo que padecía era un infarto agudo de miocardio.

El fallecido, J.L.M., que tenía un dolor intenso y repentino de espalda y pecho, acompañado de sudoración y sensación de debilidad, acudió al Centro de Salud de Santa Fe (Granada), en donde el médico de cabecera, tras auscultarle, tomarle la tensión arterial y realizarle un electrocardiograma, le dio el alta domiciliaria, ha informado el Defensor del Paciente de Andalucía en una nota.

Pese a que los síntomas iniciales no habían remitido, el hombre se marchó a casa "por considerar que sólo presentaba un cuadro de ansiedad", por lo que no recibió el tratamiento "urgente e indispensable" que estos casos requieren.

Ya en su vivienda, el hombre decidió descansar en el sofá y al leer el resultado del electrocardiograma comprobó que en el documento sí se indicaba que padecía un infarto, "tras lo que al incorporarse para quedarse sentado, su hija y su esposa presenciaron cómo caía del sofá al suelo, quedando inconsciente", precisa el comunicado.

Tras avisar al Servicio de Emergencias del 061, la hija volvió al Centro de Salud en el que el facultativo que lo atendió previamente "se negó a acudir al domicilio alegando que no podía dejar el centro solo y que ya había sido atendido momentos antes", mientras que los sanitarios desplazados hasta su domicilio solo pudieron certificar su muerte, según publica hoy el diario Ideal.

Según el Defensor del Paciente, en el electrocardiograma queda reflejada la presencia del infarto, así como por escrito, en donde se aprecia que se trata de un infarto al miocardio agudo, un infarto anterior, posiblemente agudo, y posible infarto inferior.

El SAS ha estimado la reclamación interpuesta por José Miguel Castillo-Calvín, abogado de la familia y del Defensor del Paciente, por lo que indemnizará a la viuda y a los dos hijos del fallecido con 211.000 euros.

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