¿Periodistas? No, gracias

El Torrejón volvió a atraer la atención de los medios nacionales, pero en esta ocasión no fueron tan bien recibidos

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Todo lo que lleve acompañado el nombre de Juan José Cortés se ha convertido en sinónimo de noticia. Y como era de esperar, una vez que se filtró a los medios que estaba implicado en el tiroteo del Torrejón y que había sido detenido, la atención mediática nacional, nuevamente, volvió a centrar su mirada en Huelva. La Comisaría Provincial estaba rodeada de cámaras, redactores, fotógrafos y unidades móviles, amén de más de un ciudadano curioso. Y El Torrejón, también, hasta que se fue la Policía. A partir de ese momento, los periodistas se convirtieron en personas ‘non gratas’ en el barrio.

Corrillos, hermetismo y amenazas
El caso ‘Mari Luz’ volvió a ocupar ayer cada avenida, cada calle, cada rincón, cada plaza; cada conversación del Torrejón se centraba en el tiroteo de la madrugada del miércoles. Pero nadie quería la invasión de la prensa. La callada por respuesta, las miradas a todo coche extraño, y como mucho un “no he visto nada, pero si lo hubiera visto a ti no te lo iba a contar”.
Corrillos, hermetismo y amenazas. La prensa ayer no pintaba nada para ellos, pese a que en numerosas comparecencias públicas, Juan José Cortés reconoció que el triste caso del asesinato de su hija había “salido adelante gracias a los medios”. De hecho, el trato del ‘padre Cortés’ con los medios siempre ha sido estrecho y atento, y para no ir más lejos, la misma noche de los acontecimientos, la televisión 20TV de la TDT de Sevilla emitió el primer programa que Juan José Cortés presenta, y que con el título de ‘Mentes despiertas’, abre el debate sobre diferentes aspectos de la sociedad.
En el barrio, corrillos en las plazoletas, pero demasiadas invitaciones fuera de tono a que los periodistas, muchos de ellos los mismos que aportaron su granito de arena para lo que el ‘padre Cortés’ llamó la ‘Causa Mari Luz’ saliera adelante, abandonaran sus calles.
Uno de los puntos álgidos del choque entre familiares y profesionales de los medios de comunicación llegó cuando, alrededor de las 13.15 Mari Luz Fernández, Irene Suárez y Diego Suárez llegaron a la comisaría. Allí, Mari Luz Fernández, madre de Juan José, ‘abofeteó’ una cámara; Irene Suárez, esposa de Cortés, fue más diplomática y con un escueto “estamos bien” se abrió hueco entre la nube de cámaras; pero su hermano, Diego Suárez, no supo, del todo, mantener la calma. Mientras esperaba en las puertas de la comisaría, comenzó a insultar repetidamente, preso de los nervios, a todos los periodistas que esperaban en la entrada, amenazando con romper las cámaras, chillando a los gráficos, y repitiendo una y otra vez “¡esto es algo personal, dejadnos en paz, esto es algo personal!”.
Poco a poco, todo volvió a la calma. Minutos después, Irene, evitando a los periodistas, abandonó la comisaría, dejando allí a su marido, a dos cuñados, un concuñado y el suegro, que hoy pasarán a disposición judicial, previéndose otra jornada en la que Huelva estará en el punto de mira de la prensa nacional.

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