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COLAS EN GIBRALTAR

En fechas cercanas al día nacional por excelencia el gobierno español planifica una “parada” en el Peñón para celebrarlo. Miles de horas de vida pierden ciudadanas y ciudadanos españoles por la ralentización de los controles aduaneros en la frontera con Gibraltar. Muchas de estas personas son trab

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En fechas cercanas al día nacional por excelencia el gobierno español planifica una “parada” en el Peñón para celebrarlo. Miles de horas de vida pierden ciudadanas y ciudadanos españoles por la ralentización de los controles aduaneros en la frontera con Gibraltar.  Muchas de estas personas son trabajadoras y trabajadores españoles en Gibraltar, que suman al  agotamiento por trabajar, las horas y horas en larguísimas colas que se generan al finalizar su jornada laboral y pretender regresar a sus hogares.
La Asociación de Trabajadores en Gibraltar ASCTEG,  ha hecho pública  las quejas al Presidente del Gobierno, así como a dirigentes de los partidos de la oposición en el Congreso de los Diputados. Igualmente han trasladado las mismas a los Defensores del Pueblo y Europa, y avanzan que iniciarán actividades que hagan reflexionar al Gobierno de la nación. Se calcula que diariamente son más de 30.000 las personas que transitan en uno u otro sentido por ese paso fronterizo.
La cuestión parece mal planteada, ya que cuanta más presión política produce el ejecutivo “yanito”, o menos receptivo es el gobierno británico para sentarse a hablar sobre soberanía en el asunto de Gibraltar, más “tiquismiquis”  (atribuida a Cervantes en 1615) se vuelven en la aduana y claro está el flujo humano se detiene a golpes de inspección, tras inspección. ¡Una locura! Para aquellas personas que sólo desean volver a España.
Decimos que está mal tratada ya que de maltrato se trata cuando a tantas gentes se las trata de esa forma tan poco considerada.  Legal por supuesto que es: ¡Que sería de nosotras simples ciudadanas  y de nosotros sencillos ciudadanos sin la ley! Pero ¿es humano? Creemos sinceramente que no. Retener (porque eso es lo que sucede ilegalmente) a personas que desean salir de Monte Calpe parece una tropelía. Ya que no nos encontramos en una “bulla”, un tumulto extemporáneo, un hecho accidental. Al contrario es algo premeditado, incluso planificado adrede y ello para causar “daño”. ¿A quién?  Pues de entrada a aquellas personas que deben padecer obligatoriamente este tormento, para llevar un salario a sus hogares, a aquellas otras “de paso”, de “turismo” que al entrar en la “ROCA”, nada sabían de lo que les esperaba. En definitiva un atropello a la humanidad.
Pero además está  mal tratado el asunto de la falta de voluntad de diálogo británico. Ya que si España quiere presionar solo le basta montar una zona franca en la frontera y permitir que toda la población española adquiera los productos, incluida la gasolina y el tabaco a precios inferiores a los que se  venden en el Peñón.  ¿Por qué un paquete de tabaco a unos metros más allá de la frontera cuesta un 40% menos? ¿Por qué el litro de gasolina es medio euro más barato allí que aquí?  ¡Hay truco! Y ese y otros  trucos son los  que permite la existencia  paradisiaca  de la  economía en el vecino peñón. España no puede negarle a los vecinos y las vecinas de la Línea de la Concepción, ni a los del Campo de Gibraltar los escasos recursos o “ventajas” que pueden disfrutar a la sombra del Peñón, sin resolver la tremenda servidumbre que supone  estar bajo su “penumbra”. O España se pone en su sitio o cambia de sitio el lugar de los tratos, haciendo posible que los beneficios se queden aquí y no allí, y, en cualquier caso, dejando de maltratar a miles de criaturas todos los días.     
        Fdo. Rafael Fenoy Rico  Comunicación Enseñanza CGT

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