El consejero delegado de Analistas Económicos de Andalucía, Francisco Villalba, ha manifestado a Efe que el mercado de trabajo está sufriendo “un ajuste muy importante”, y en la región se están cumpliendo las previsiones sobre desempleo, sin que se hayan observado en los últimos meses “síntomas de cambio”.
Villalba ha considerado que es necesario que “se intensifique el proceso de reforma” del mercado laboral, y que la negociación colectiva se adapte “más a las necesidades de cada empresa”, en lugar por convenios sectoriales.
En su opinión, actualmente es precisa una mayor flexibilidad en el ámbito laboral, lo que “no quiere decir -ha matizado- más facilidad de despido”, sino la posibilidad de adaptarse a las “circunstancias del momento”, mediante fórmulas como la contratación a tiempo parcial o la reducción de jornada, ha citado como ejemplo.
Sobre el desempleo en Andalucía, ha indicado que se cerrará el año con una tasa de paro del 29 por ciento, y que confía en que a partir de la primavera o verano comience a crearse empleo, pero “de forma poco importante”.
En cuanto a las medidas económicas aprobadas por el Gobierno, ha afirmado que “van en la línea correcta y posiblemente no sean los últimos ajustes”.
Por su parte, el coordinador del Instituto Andaluz de Estudios Financieros, Ángel Yagüe, ha declarado a Efe que los datos del paro en la comunidad andaluza revelan “una auténtica sangría”, al mismo tiempo que la necesidad de “remozar esa fuerza de trabajo”, pues de lo contrario, habrá “una generación perdida”.
Yagüe ha apostado por mejorar la formación, ya que “se habla de que la I+D+i va a ser uno de los motores de desarrollo económico, pero para eso hace falta gente formada”, ha apuntado.
También se ha referido a las dificultades de inserción laboral, al afirmar: “No puede ser que un bioquímico que lleva años formado tenga una beca”, y ha opinado que existen muchas personas “desincentivadas”, a la vez que las empresas suelen tener una “visión cortoplacista y no investigan, y resulta extraño cuando lo hacen”.
Ha defendido la necesidad de cambiar la “mentalidad de asalariados” hacia otra más emprendedora, para lo que ha reclamado un mayor apoyo a este colectivo, así como a los autónomos, mediante cotizaciones más bajas o adaptadas a la facturación durante los primeros años de actividad.
La supresión del subsidio de 426 euros es una medida “trágica” desde el punto de vista social, pero “tampoco es sostenible” mantenerlo para personas “que no se mueven”, ha señalado, por lo que ve más lógico otorgarlo a cambio de “ponerse las pilas para ser productivo”, como asistir a cursos formativos.
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