Patio de monipodio

28-F

Cada año, al acercarse día tan señalado, se activa la polémica sobre la idoneidad de la fecha para celebrar el Día de Andalucía...

Cada año, al acercarse día tan señalado, se activa la polémica sobre la idoneidad de la fecha para celebrar el Día de Andalucía. Quizá el problema estuvo en el traslado desde el 4 de diciembre, que dejó en segundo plano tan importante gesta, como si se la quisiera ignorar ú ocultar, nada extraño en un gobierno andaluz mucho más ocupado y preocupado en los acontecimientos estatales que en las necesidades reales de Andalucía y del pueblo andaluz. Mucho más preocupados por su particular forma de entender la “unidad” de España, que por promover la unidad de Andalucía, cuya desvertebración mediante el enfrentamiento interno han trabajado con el mayor interés. El 28-F, frente a algunas voces discordantes, sí tiene mucho que celebrar. Fue el grito final del pueblo andaluz, el “do de pecho” de una escala abierta el 4 de diciembre de 1977. Puede que el partido gobernante haya querido enterrar un momento histórico, en que la mayoría superó ampliamente sus expectativas. Seguramente es un mal recuerdo -para ellos- el tirón popular que les obligó a posicionarse. Porque el 4 de diciembre ha sido la mayor manifestación popular de la Historia, hasta el punto de que las estadísticas oficiales falsearan los números verdaderos para ofrecer unas cifras de participación muy por debajo de las reales. Aquel día no había tres personas por metro cuadrado. Había cinco, si no más. Y miles de personas se quedaron en el punto de salida, colapsado ya el recorrido.

Pero el 28 de febrero, de nuevo los andaluces volvieron a superar a los partidos, con una campaña popular y espontánea muy superior a la de estos y a la oficial y con un nivel de participación como no se ha dado jamás en ningún lugar del mundo. Aunque se escatimara la realidad, aunque la ley dictada por UCD y PSOE el 28 de diciembre anterior, buscaba imposibilitar el acceso a la Autonomía, con una revisión plena para eliminar la totalidad de ausentes y fallecidos del Censo electoral, habría superado el mínimo en todas las circunscripciones. Porque esta ha sido la única vez que un referéndum en realidad han sido ocho, haciendo fracasar el burdo intento de hacerlo fracasar. En su conjunto –que es como se han medido los referéndum en todo lugar y momento, excepto este- Andalucía superó el 93% de votos afirmativos sobre el total de los emitidos.

Han sido dos momentos en que los partidos quedaron atrás, lo que les hizo buscar el poder “como fuera” con el fin dejar en intento dos victorias únicas en el mundo. Para el oficialismo, el 4 de diciembre debe ser olvidado. Es normal que no les interese recordarlo. Recuerdan el 28-F, pero ocultando la vergüenza del 28-D. Pero tampoco en los “alternativos” se ve el menor interés en recordar a quien promovió aquella grandiosa movilización popular. El grupo “Averroes Estudio Andalusí”, verdadero promotor y por ello fue denostado entonces por el poder y por los medios adictos –alguno llegó a llamar a sus miembros “batasunos andaluces”-, hasta maniobrar arteramente por su desaparición. Pues tampoco es tenido en cuenta en ningún momento, por los grupos auto denominados “progresistas” y “nacionalistas”, cuando reclaman la vuelta al 4 de diciembre como Día de Andalucía. ¿Por qué será?

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