Este lunes se han celebrado las VII Jornadas Jurídicas de Ceuta, donde las más altas instancias del panorama jurisdiccional como son la Secretaria de Estado de Justicia, la Fiscal General del Estado o el Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, han vuelto a poner de manifiesto la necesidad imperiosa de que la Administración de Justicia sea una prioridad a nivel presupuestario.
A nadie se le escapa que a pesar de las últimas reformas para modernizar y reorganizar la Justicia en este país, todavía estamos lejísimos de alcanzar un modelo realmente óptimo que cumpla todas las expectativas y que ante todo cubra las necesidades de los ciudadanos, los cuales deberían empezar a percibirla de una vez como una solución, y no como una complicación en sus vidas cuando están obligados a acudir a la misma.
No obstante, esta declaración de intenciones va dirigida esta vez a los políticos, a los que se les pide que se mojen e incluyan a la Justicia entre sus “promesas” de cara a las próximas elecciones. La frase “las palabras se las lleva el viento”, tiene su origen en un discurso de Cayo Tito en el Senado Romano, que exactamente decía: “scriptamanent, verba volant”, en castellano "las palabras vuelan, lo escrito queda".
Pero hablando de políticos, todos sabemos que no cabe fiarse ni siquiera de lo escrito y menosen sus programas electorales, por lo que no podemos sino mostrarnos escépticos ante este nuevo propósito del Ministerio y esperar a que la economíarealmente mejore pues los números son los únicos que realmente pueden conseguir que las Administraciones -no solo la de Justicia- se modernicen por encima de las promesas, y es que más bien la cita debería actualizarse a “las palabras vuelan, los números quedan”.
Y hablando de números no puedo olvidarme de felicitar a mi Sevilla Fútbol Club por una nueva temporada que culmina plena de éxitos deportivos, éxitos donde los números son los protagonistas al lograr su tercera Europa League seguida y la quinta en su haber, en una década fulminante hasta el punto de colocarse entre los diez equipos más laureados del continente en lo que a títulos europeos se refiere.
En el fútbol, es obvio que los números mandan, pero es un mundo en el que juegan un papel decisivo otros elementos como la suerte y el estado anímico de los futbolistas, entre otros factores de gran aleatoriedad que hacen que, por mucho negocio que lo rodee, no deje de ser un deporte mágico, donde equipos humildes como el Leicester en Inglaterra o el Sevilla en España puedan alcanzar sueños inimaginables, pero sueños que sí se pueden prometer, porque en el fútbol las palabras pueden volar todo lo que quieran.
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