La escritura perpetua

El periodista atlético

Una aventura, pero surge el amor. Ahí comienzan los problemas. Porque en principio optan por despedirse para siempre. Pero luego prosiguen los encuentros en esa misma habitación

Love Room’ es una obra teatral sobre el amor, sobre un amor imposible, con el tono risueño de una comedia y la desolación de un drama. Pero se trata también de una función sobre periodistas. Mejor: sobre la vida de un periodista que puede extrapolarse a la de otros muchos. Miguel tiene 40 años, está casado, tiene un hijo, y cubre la información del Atlético de Madrid para un periódico que, por las dificultades que atraviesa el sector, se dispone a despedir al 20% de la plantilla. Marta es algo más joven, ingeniero, una mujer independiente con una relación sentimental en declive. La función arranca con el duro despertar de ambos sacudidos por una terrible resaca en la cama de una habitación de un hotel. Se conocieron la noche anterior en una conferencia sobre fútbol. Una aventura, pero surge el amor. Ahí comienzan los problemas. Porque en principio optan por despedirse para siempre. Pero luego prosiguen los encuentros en esa misma habitación. Miguel -interpretado por Guillermo Ortega- confiesa a Marta -una sensacional Lena Fernández- que sólo se siente vivo junto a ella. Pero las contradicciones entre uno y otro cobran cada vez más fuerza. Marta no entiende, y se enfada, cuando Miguel tiene que saltar al teléfono fijo ubicado en la mesita de noche del dormitorio para dar una crónica apresurada pero brillante sobre el entrenamiento del Atlético, con el tono acelerado y lleno de calor propio de los periodistas deportivos para una emisora de radio, un trabajo extra que ha debido buscarse por las rebajas de salario que han hecho en el periódico. Ella le habla de escapar juntos, porque le han ofrecido un trabajo, a Los Ángeles, a Los Ángeles en Estados Unidos, y matiza que no a Los Ángeles de San Rafael, habitual lugar de concentración en la provincia de Segovia del Atlético cada pretemporada estival. Miguel tiene a su hijo, su vida, su familia, su “maldita profesión de periodista”, esas llamadas telefónicas para que dé la crónica desde la esquina de una cama con perfume bravo de mujer remorena. ‘Love Room’, de Tirso Calero, que se ha estrenado en un teatro de Madrid, es una deliciosa comedia de situación muy al estilo de Miguel Mihura, sobretodo próxima a ‘Tres sombreros de copa’. Dionisio, el personaje de Mihura, opta finalmente por la vida sin alicientes y aburrida, pero segura que le proporciona un matrimonio gris. Y Miguel apuesta por sus crónicas. Ambos rechazan el pálpito de los días en la aventura junto a una mujer inteligente y hermosa. Nunca entendimos a Dionisio. Pero ahora comprendemos a Miguel. Debe tratarse de una patológica deformación profesional.

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