En román paladino

Un nuevo partido

¡Artur, hasta el cinismo tiene sus límites!

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La decisión de crear un nuevo partido siempre es bonita. Incluso ilusionante. Un grupo de ciudadanos, agrupados en torno a unas ideas y los propósitos de cambiar la sociedad de acuerdo con sus ideales e intereses,  tiran hacia adelante para convencer a los demás de que lo que ellos defienden merece el apoyo de los demás.
Artur Mas con un montón de sedes embargadas de su partido -Convergencia Democrática de Cataluña-, con el tesorero que acaba de salir de la cárcel por corrupción, con el presidente de honor y fundador acusado -y confeso Jordi Pujol-  de cuentas multimillonarias en Andorra, con toda su numerosa prole acusada de corrupción por comisiones y  con dinero en todos los paraísos fiscales del mundo entero, con la alianza rota con Unión Democrática de Cataluña de Durán Lleida tras treinta años de coalición, con la caradura única en el orbe  conocido de que el líder del partido se presenta en cuarto lugar de la lista electoral….¿seguimos?, con la decisión de hacer del cumplimiento  de la ley un elemento optativo, de la Constitución un guiñapo y del Estatuto de Cataluña un retal…pues este señor ha decidido crear un nuevo partido.
Los hijos de Ruiz Mateos pueden copiar a Artur Mas con el nuevo partido que propone  con el nombre “Democracia y Libertad” y anunciar mañana la creación del partido “Honradez y Justicia”,  el antiguo director general de Empleo de los EREs el partido de nuevo cuño “Igualdad y Trabajo”, los de la Gürtel pueden constituir el partido “Moralidad y Vida Virtuosa” y así sucesivamente.
No termina la pretensión ahí. Los exconvergentes de Artur Mas pretenden agrupar en su  partido dice El Periódico de Cataluña “liberales, socialdemócratas y socialcristianos --social-liberal y socialcristiano –“. Es decir, pretende agrupar a las tres internacionales que dominan el Parlamento Europeo: La Internacional Liberal, La Internacional Socialista y la Demócrata-Cristiana (Popular) ¿Quién da más? ¿Quién puede igualar esta puja?
Es un sarcasmo hacia la opinión pública no reconocer que todos esos pasos se han dado por la huida alocada hacia un soberanismo sin rumbo y por una corrupción que le llega hasta los ojos a su partido y que ello es lo que le impele a la liquidación. ¡Artur, hasta el cinismo tiene sus límites!   

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