Jueves Santo, día del Amor fraterno, día en el que se escribía una de las páginas en el libro de la historia de la Semana Santa portuense; por primera vez el convento de clausura de las hermanas del Espíritu Santo abrían sus puertas para que una Hermandad de Penitencia realizará su salida procesional desde su interior, con aromas a dulces e incienso.
A las 16.40 horas, el paso del Señor de la Humildad cruzó el dintel del convento con los sones de su agrupación musical, que este año estrenaba una marcha dedicada a Él, al 'Señor de la Aurora', que ayer se convirtió en el Rey de Pozos Dulces.
Lo acompañó su madre, la Reina del Desconsuelo, Esa a las que las hermanas cuidan y miman cada día, la del palio morado que este año relucía con el sol y sus varales plateados; los sones de la Banda de Cuevas del Becerro rompía el silencio del convento y el público que se agolpaba a las puertas, para ser testigos de este hito histórico, recibió a la Señora con un fuerte aplauso.
Un jueves Santo en el que el Rey y la Reina de la Aurora, por primera vez, cambiaron el título por el de los Reyes del Espíritu Santo.
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