El Loco de la salina

¿De qué estamos hablando?

La primera conclusión es que estos fantasmas no son de fiar. Te pueden robar la cartera con la misma habilidad con que te pueden secar el pensamiento.

De dónde han sacado estos políticos esa entelequia de “gobierno progresista”? ¿Sabrán que no se debiera beber tan temprano, porque se suelen decir muchas mamarrachadas? Aquí se emplean determinadas expresiones con un desparpajo y una alegría apabullantes. ¿Sabrán qué es el progreso? ¿Sabrán en qué consiste ser progresista? Tendrán una ligera idea de lo que es llevar a un país hacia delante con el esfuerzo y el consenso de todos?¿Pensarán que todos, menos ellos por supuesto, son fascistas y retrógrados? ¿Ellos son los listos y los demás somos los tontos de turno? No pensaba uno hablar de política;es más, no pensaba uno pensar, pero es que los políticos hacen repensar y hablar a los mismos muertos. Los vemos y sufrimos todos los días machaconamente en la tele del manicomio y muchos no nos explicamos por qué no los traen aquí ya, los encierran entre estas cuatro paredes como a nosotros y les llenan la boca de sopa para que no digan más pamplinas y se pongan de acuerdo de una puñetera vez. En la historia de España todas las épocas han tenido sus más y sus menos, más menos que más, pero el falserío y la poca vergüenza de ahora son difícilmente igualables. En fin, que a los locos lo que peor nos sienta es que nos tomen por imbéciles, aunque de nosotros no se podría esperar ninguna otra cosa. Después de tragarnos tanto mitin y tanto chachachá de estos señores, cuya única misión en la vida, que por cierto son cuatro días, es aprovechar todas los privilegios que les concede el poder, hemos llegado a varias conclusiones. Y como además, les queda una pensión vitalicia por los cuatro días que han calentado el sillón en el Congreso o en el Senado, pues mire usted, qué quiere que les diga; pues que estos señores son dignos de ser envidiados profundamente. La primera conclusión es que estos fantasmas no son de fiar. Te pueden robar la cartera con la misma habilidad con que te pueden secar el pensamiento con sus discursos repetitivos hasta el vómito. A todos esos políticos que nos dan la paliza cada mañana con su mediocre verborrea les falta un hervor o varios, o para ser más explícito, les falta preparación, pero en sus manos estamos. Para empezar mienten como nunca se había visto por estos lares. Lo que hoy es blanco, mañana es gris y pasado negro. Y lo afirman con una seguridad rayana en la desvergüenza, porque están obsesionados con dejar sentado que ellos están ocupando el sitio que les corresponde dentro de ese tablero imaginario, inventado por ellos, que habla de izquierdas, de derechas, del tocino de cielo y de los garbanzos con arroz.Para muchos de estos revolucionarios de pacotilla lo fundamental del progreso es llevar una camisa medio arremangada, un pantalón vaquero, a ser posible un poco roto, poner cara de inocente mostachón recién salido del horno del pueblo y levantar el puño marcando una “v”, que lo mismo puede significar “victoria”, que “viento” de levante, toca madera. Para otros el progreso consiste en decir muchas veces (hasta que se lo crea todo el mundo) que lo importante es consolidar un gobierno progresista, como si ellos fueran los progresistas y los demás fueran retrógrados sin remedio. Le tienen auténtica aversión a la corbata y se la ponen o se la quitan dependiendo de la impresión populachera que quieran transmitir al personal. En fin que aquella famosa frase de Unamuno: “El progreso consiste en renovarse”, la llevan a la práctica en lo que afecta a la indumentaria, pero no a los cambios de personas ni de ideas. Ya está bien. Al menos los locos deseamos que este variopinto personal político no esté más de dos legislaturas calentando sillones. Obama, vente para Sevilla, la visitas por fin y les cuentas a estos políticos españoles cómo se prepara una maleta para marcharse a los 8 años.

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