A Jesús de Medinaceli de la Isla de San Fernando

Tus cultos, el multitudinario primer Viernes de Marzo, el regio traslado a tu Paso, la piadosa ceremonia a las Ánimas en el Campo Santo, la Estación penitencial en el Convento de las RR. MM. Clarisas Capuchinas,la devota procesión, plagadas de tantos hermanos y de fieles

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  • El campanario del Santo Cristo -

El próximo día 6 de Marzo es el primer Viernes de este mes y como tal, existe la costumbre en el mundo cofrade y en este día concreto, rendirle culto y devoción a Jesús de Medinaceli no sólo en Madrid de donde se inspiro esta seráfica Hermandad, hoy convertida en Archicofradía.  Sino en nuestra localidad como en tantos otros lugares de la Nación.
¡Sí rendirte homenaje, culto y devoción a Ti Señor! en esta tan llamativa y singular advocación tuya como la que encarna  acompañado de la Trinidad  inseparable de tu bendita  Madre.

¡Cautivo y Rescatado es tu Causa! Trinidad y trinitarios bajo el signo de una Cruz tripartita partida en trozos de colores azules y rojos: te contemplan. Clarisas, capuchinos y franciscanos son órdenes mendicantes afines: con tus propios fines. Hermanos, seglares, laicos y cristianos, fieles y devotos: te siguen y te adoran sin tregua ni condición.

Y todos ellos unidos como un gran ejército compacto y entrelazados bajo un mismo objetivo espiritual y común: forman parte de un maravilloso verbo, que conjugado en sus distintos modos y tiempos, dan como resultados, que tanto en el pasado como en el pretérito, en el presente y seguramente en el futuro, así será siempre por los siglos de los siglos…

…Y sin duda así será, porque después de más de dos milenios ¡Dos milenios son muchos Señor! Siguen vigentes, intactos y latentes contra cualquier pronóstico: el amor, la fe, el culto, las peticiones, las promesas y la esperanza de saberse queridos, escuchados, protegidos, favorecidos y redimidos por Ti Señor. Sí, redimidos y reconfortados del dolor, de las miserias y de las tribulaciones de este mundo convulso y atormentado qué, aunque no siempre,  a veces soportamos.
Por eso  recurrimos a Ti -Señor de Medinaceli- en este Primer Viernes de Marzo, que ya forma parte de una popular y masiva  tradición española para postrarnos ante Ti, rezarte, besarte y pedirte tu bendición.  Que hoy me vas a permitir Señor, qué en nombre de todos tus fieles y devotos de esta Isla que tanto te quiere. Te pidamos humildemente esa bendición y al mismo tiempo te  manifestemos todo nuestro cariño y nuestro amor:       

Y  es que no  encontramos palabras mayores o mejores ni más adecuadas para cantarte las glorias y los honores de alabanzas en esta y en toda ocasión.  Porque  son más de tres cuartos de siglos, los que te conocemos Señor. Sin embargo nos parecen pocos cuando se trata de adorarte, de servirte y de seguir tu ejemplo en la vida por la que caminamos entre tumbos y  aciertos. Y a veces confundidos y sin orientación.

Sí,  hace más de setenta  años  que te veneramos en tu Casa de la Iglesia Mayor y no por eso Señor, han sido suficientes para manifestarte todo lo que te amamos en este bello isleño rincón.
Tus cultos, el multitudinario primer Viernes de Marzo, el regio traslado a tu Paso,  la piadosa ceremonia  a las Ánimas en el Campo Santo, la Estación penitencial en el Convento de las RR. MM. Clarisas Capuchinas.  Y la devota procesión, plagadas de tantos hermanos y de fieles,  que te acompañan bajo los signos del amor, las promesas y de la oración: son pruebas más que suficientes que evidencian nuestra adhesión. Porque Tú, Cristo de Medinaceli, gozas del fervor, la penitencia y la devoción que transmite tu bendita imagen cuando sale en  procesión.

En estos días de fusión con tu pueblo, te pido que sean días de reflexión. De unión, de enseñanza, de alegría, de ilusión y por encima de todo, de promesas, buenas intenciones, plegarias y oración.
¡Cristo de Medinaceli! Fuiste Cautivo pero Rescatado ¡Cristo de gran expectación! Refugio de tantos fieles y consuelo del dolor. Desata tus manos, extiéndelas sobre tus hijos que esperan tu bendición. Y bajo tu mirada serena, impartida con amor, cobija a esta Isla y a sus hijos, que son tan tuyos que necesitan de tu amor y mediación.

Porque estoy seguro que nuestro pueblo que es todo amor ofreciéndote su participación, se unirá a la tuya sin regateos ni condición. Pues son más de tres cuartos de siglos Señor,  los que han pasado a tu lado ¡Recibiendo tu favor!

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