Todas las historias tienen dos versiones, y la que acabó con la muerte de Taker, un perro de la raza pit-bull al tener que ser sacrificado después de una agresión con arma blanca a mediados de este mes, no es diferente.
Este diario se hizo eco de la historia en su edición del pasado 23 de febrero. En base la información oficial aportada por la Guardia Civil a través de un comunicado, el agresor humano habría asestado cuchilladas al can en defensa de su propio perro, un labrador, que estaba siendo paseado por su dueña en un descampado de Sotorrebolo y que supuestamente había sido atacado por el pit-bull. Ahora, tras la imputación tanto del dueño del labrador como de los dos propietarios del pit-bull por un delito relativo a la protección de animales domésticos, los dueños de Taker, apoyados por amigos y conocidos, han emprendido una campaña, bajo el lema Justicia para Taker, que están llevando a través de las redes sociales.
Como medida inicial, han decidido convocar a una concentración en la Plaza Alta, programada a las 11.00 horas del 13 de marzo.
“Taker no tenia ningún precedente de ataque o agresión a perros o personas -lo que contradice la versión de la Guardia Civil, que aseguraba en su nota que tenían constancia de al menos otras dos agresiones-, al contrario, era querido por todos en la zona y ni siquiera se defendió de las agresiones de su presunto asesino”, aseguran desde el colectivo, que creen que medió provocación del agresor y que a raíz de eso el perro saltó el muro.
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