El nuevo portavoz del PP, Beltrán Pérez, se ha reunido con representantes de once asociaciones de vecinos (desde Macarena Tres Huertas hasta Los Remedios) hartas de la botellona y de la movida nocturna y ha anunciado “un otoño caliente debido a la falta de acción municipal”. Pérez ha corroborado las denuncias vecinales sobre las clásicas molestias de la movida, desde la ingesta masiva de bebidas en la vía pública hasta los coches-discoteca, y también sobre las nuevas tendencias, como la proliferación de veladores sin control.
El problema del PP es que gobernó en Sevilla hasta hace sólo dos años y que carece de credibilidad porque no hizo lo que ahora exige. Baste recordar que nunca hubo más veladores en las calles que con Zoido (se pasó de 9.365 a 13.679) y que cuando Espadas ha tratado de reducirlos, como en la Campana, el PP se ha opuesto.
Asimismo, fue durante el mandato anterior cuando surgió, por desesperación vecinal, la plataforma Alfalfa Degradada. Por tanto, el PP no puede hacerse el nuevo. Oportunismos políticos aparte, lo cierto es que ningún partido o gobierno, pasado y presente, ha erradicado la botellona, porque ninguno aplica la ley andaluza (vigente desde hace más de un decenio), que obligaría a reprimir a quienes beben en las calles. En sus cálculos tiene mayor coste político imponer la ley y enfrentarse a los jóvenes que hacer como que no los ven.
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