Las fuerzas emergentes

El sistema ha absorbido la frescura de aquellos líderes, cuya juventud representaba un tímido aliciente para el apagado electorado.

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l comportamiento que muestran las dos fuerzas políticas emergentes, en su inicio preocupadas por huir del estereotipo que presentaban las viejas concepciones de la política, es de un acercamiento cada vez mayor a los viejos cánones, al punto que su discurso en las formas, ha acabado por identificarse netamente con aquellos modales de los que ellos huían.
El sistema ha absorbido la frescura de aquellos líderes, cuya juventud representaba un tímido aliciente para el apagado electorado que llevaba muchos procesos electorales, votando entre grises y negros.
Pero ese color, que surgió del renacimiento de ideas viejas con modales nuevos, pronto ha sido neutralizado por la inercia de una manera de organizar la política, que cada vez se aleja más de los intereses de la ciudadanía, para quemarse en el agotamiento de argumentos circulares en torno a la culpa del otro, que evita la verificación de propuestas alternativas, que muestren al electorado un camino por el que conducir su voto, sin ilusión ya por posibilidad alguna de cambio.
El autismo de los partidos políticos, encerrados en un solo juguete, el mediático, del que pretenden extraer réditos que no tienen, proyectando ideas vacías y propuestas genéricas, en las que la ciudadanía ha dejado de creer, deja a la intemperie política cualquier intento de renovación, y vuelve a sumirnos en la inercia de la opción menos mala en estas nuevas elecciones hacia no se sabe donde ni con quién.
La diferencia entre el primer debate de esos dos partidos que se dicen emergentes, y el segundo, celebrado el domingo, muestran claramente el efecto absorción del que han sido víctimas. En el primero, la línea de actuación se dirigió claramente a la determinación de territorios comunes, en un estilo personal de guante blanco, y en un tono de cordialidad poco conocido en la política de los últimos tiempos. En el segundo, brillaron los cuchillos, y salieron los viejos tópicos que ellos mismos dicen combatir en la política.

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