Llevamos haciendo seguidismo de Europa unos cuantos años y los últimos han sido tremendamente frustrantes con una crisis en la que la UE se ha dedicado a salvar los muebles de las grandes firmas y a dejar caer a los ciudadanos. Y España ha seguido sus indicaciones a rajatabla, sin chistar, siendo especialmente complaciente con mis enemigos los bancos y protegiéndolos con el beneplácito de la clase política. Pero cuando se trata de los tirones de oreja a las instituciones y a los bancos, aquí nadie hace caso de Europa y se pasan sus indicaciones por donde ustedes saben bien.
Ya ocurrió con todas las recomendaciones sobre hipotecas y desahucios y ahora se repite con las cláusulas suelo, que es claramente un abuso, la usura llevada a su máximo exponente, que todos los bancos practican con más o menos descaro, pero nadie le echa cuenta a Bruselas. Igual que con las preferentes, los bancos han ido encontrando en esas prácticas abusivas, de aparente legalidad, un pozo sin fondo en el que generar beneficios y del que ningún españolito con hipoteca se podía librar. Hasta que llegaron los recursos, las demandas masivas y las sentencias condenatorias, pero sin unificar por el Supremo, donde se han escudado, con auténtica desvergüenza, para seguir aplicando el abuso usurero elevado a la máxima potencia.
La cláusula suelo es, simple y llanamente, el ejemplo más claro de que la banca siempre gana. Aunque todos los indicadores sean positivos para el hipotecado, la banca seguirá ganando más de lo que le corresponde. Y eso es lo que ha dicho Bruselas, que ya está bien de ser peor que el Tío Gilito. Pero no, aquí siguen sin enterarse o enterándose pero sin querer enterarse, poniendo tantas trabas que el que quiere recurrir o se aburre o se lo impide su falta de recursos para pelear con el más fuerte. Y encima, cuando los hipotecados por fin consiguen acuerdos con los bancos (que ocurre cuando la entidad se da cuenta de que va a perder el pleito), les obligan a firmar cláusulas de confidencialidad para no generar un efecto llamada y que todos sus clientes consigan la misma rebaja en las condiciones del crédito... En la banca española (y en otras) siempre hay alguna cláusula abusiva, hasta la de la información.
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