Señora Alcaldesa, desde esta plataforma y como víctimas de sus actos, le queremos expresar varias cosas. En primer lugar, decirle que usted no es una persona digna de ostentar la representación del pueblo de Isla Cristina. De tener la responsabilidad de luchar y velar por los intereses de un pueblo y de su gente. Su falta de talante, su falta de humanidad y sus delirios de grandeza así la describen.
Conociéndola como la conocemos sabemos que destinará toda su rabia e ira contra esta Plataforma, lo asumimos y además le diremos que no nos asusta. Ya sabe usted que todas estas víctimas que va dejando por el camino algún día se las tendrá que cruzar en el camino de vuelta y ya no le valdrán sus habilidades de pactar con el diablo para quedar inmune e indemne.
Decidle también a sus partidarios y defensores, a los que respetamos, que no encontramos ni un pequeño argumento para justificar la confianza que en usted han depositado, a menos que sea por el pago de favores, que al parecer tampoco está cumpliendo, o vendettas personales.
Cada vez que vemos sus declaraciones en las que presumía de saber hacer frente a la dura situación por la que pasaba este Ayuntamiento, nos preguntamos hasta dónde puede llegar la demagogia, la mezquindad y la falta de valores de algunas personas. Cuando se juega con el pan y el futuro de las personas no se deben de traspasar ciertas líneas.
Usted prometió trabajar por y para los ciudadanos de Isla Cristina y nos preguntamos si estas 80 familias que van a ir a la calle no lo son. Sabía en qué condiciones económicas estaba el Ayuntamiento y mintió por llegar al poder, un puñado de votos y sus artes de trilera se lo permitieron.
Ante su ineptitud, su falta de preparación y de recursos para solucionar este problema, admite que la única vía posible para salir de esta situación, es la de despedir a estas 80 familias y poder así pasar el resto de legislatura ”tranquila”. No ha negociado, no ha dialogado, simplemente desde la ira y el odio ha elaborado una lista de personas que injustamente dejaran de ser trabajadores de este Ayuntamiento.
Sabe usted muy bien jugar con las voluntades, con las necesidades y hasta con las miserias de las personas y así no, aquí no todo vale. No, su osadía y su torpeza han hecho que esto ya no sea una lucha cuerpo a cuerpo que es lo que a usted le gusta sino que sea la propia justicia con todo su peso la que ahora tenga que actuar.
Indignos son también quienes se lo permiten, callan y miran para otro lado, principalmente sus socios de gobierno, siendo cómplices y partícipes de esta barbarie y sobre los que si es preciso también caerá el peso de la ley.
Al igual que en la vida real es peligroso darle a un demente un arma, en política también lo es dar los votos a un ignorante.
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