Atando Cabos

Pensamientos negativos

El cerebro produce entre doce mil y sesenta mil pensamientos al día. La guinda es que el ochenta por ciento son pensamientos negativos

Publicado: 13/12/2023 ·
13:14
· Actualizado: 13/12/2023 · 13:14
Autor

Remedios Jiménez

Licenciada en Historia, docente jubilada, integrante del Aula Atenea del Ateneo de Jerez y de varios clubes de lectura

Atando Cabos

Una mirada sobre lo que nos pasa día a día, bajo los titulares de la incesante actualidad

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El cerebro produce entre doce mil y sesenta mil pensamientos al día. Ante tal catarata que se viene a nuestra mente cada jornada hasta parece lógico que el noventa por ciento sean repetidos y lo peor de forma involuntaria. La guinda es que el ochenta por ciento son pensamientos negativos. Esta conjunción nos hace obsesionarnos con determinados temas nada buenos, si son experiencias traumáticas del pasado puede llevarnos a una depresión y si son miedosal futuro a la ansiedad.Cuando eso ocurre la corteza prefrontal responsable de la concentración, resolución de problemas y control de impulsos se desactiva.

Lo mental está conectado con lo físico así que nos saldrán arrugas, nos subirá la tensión y el azúcar, nos darán infartos, se nos caerá el pelo, sufriremos insomnio…

A cada uno y cada una le influirán en la construcción de sus pensamientos negativos las experiencias mentales, emocionales y físicas que ha tenido tanto en la infancia como en la edad adulta. A su vez esta manera de pensar determinará su comportamiento ante lo que la vida le presenta. ¿No se puede hacer nada para cambiarlo?

Hay técnicas para combatir esta negatividad inconsciente que nos machaca diariamente, está el mindfulness que nos hace centrarnos en el presente a través de la meditación, nos sitúa en el aquí y en el ahora. Mucha gente que lo practica ha reducido significativamente su estrés.

Otra terapia es el neurofeedback, estudia las ondas de nuestro cerebro: alfa, delta, theta y la velocidad a la que se emiten y su concentración en las distintas áreas del cerebro. Nos conectan unos electrodos y comprueban donde se están acumulando ondas alfa que nos producen depresión, entonces nos colocan la máquina y nos advierten que cuando escuchemos un estímulo sonoro es que lo estamos haciendo bien. Se premia al cerebro con una señal cada vez que aparece la onda deseada, con lo que aparecen más veces, hasta que la persona aprende voluntariamente a causarlas.

Además de en la depresión y el insomnio, este procedimiento ha demostrado ser especialmente eficaz en los casos de TDHA.

Podemos influir en los diálogos internos que nos producen esos pensamientos y darles un nuevo enfoque, analicemos cuánto de verdad tiene el miedo que me está produciendo ansiedad, cambiar de perspectiva, si lo que nos decimos a nosotros mismos se lo diríamos igual a una persona querida, intentar provocarnos pensamientos positivos.

Tomar consciencia de que ese bombardeo involuntario no suele ajustarse a la realidad.

 

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