Arcos

“Lo que te conmueve puede ser motivo de convertirse en poema”

Entrevista a la escritora María Jesús Ortega Rodríguez, autora de 'Hábitat'

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  • María Jesús Ortega presenta este sábado su poemario 'Hábitat'. -

La escritora y profesora María del Carmen García Tejera decía a finales de 2022 tras haber leído el poemario ‘Hábitat’ que “En armonía con la naturaleza, en paz consigo misma, la poeta encuentra su anhelado espacio vital: el ‘hábitat’  tanto tiempo deseado. Aunque me atrevería a afirmar que el verdadero hábitat para María Jesús Ortega se halla en el ámbito de la palabra; de esas palabras a las que ella se enfrenta con resolución, al tiempo que las acaricia, mima y moldea hasta darles forma de poema”. Así concluía su crítica al que sigue siendo de momento el último libro de María Jesús Ortega, una mujer de sobra conocida en la ciudad que la recibió en los años ochenta. Esta linense, profesora de Lengua y Literatura en el IES Alminares de Arcos hasta hace dos años en que le llegaría la jubilación, ya fue miembro del legendario grupo poético de ‘Calima’ junto a Pepa Caro, Pedro Sevilla, Juan Luis Vega y el también ‘Alcaraván’ Cristóbal Romero.

Hace 16 años que sorprendió con su bautismo poético ‘Toque de arrebato’. Y ya iba siendo hora de publicar lo mucho escrito y sentido. ‘Hábitat’ (ed. ‘Lastura’) está prologado por ‘nuestro’ Pedro Sevilla, que dice  “Constantes son en el libro las referencias al silencio”, mientras que García Tejera añadía en 2022 “un silencio -vinculado inicialmente a la noche y a un espacio interior asfixiante- que es desolador, amenazante”. El poeta, profesor universitario y decano colaborador de este periódico Jorge de Arco señalaba poco antes que “… María Jesús Ortega sabe que la existencia puede ser aspereza, desabrimiento, pero también conoce, y muy bien, que el orden y la bonanza son hebras que llegan a pespuntear la dicha de los días”.

Y hablaba de que en estas nuevas páginas aflora “una savia romántica, un afán de comprensión propia y ajena que conjuga las experiencias y las meditaciones. Al cabo, el yo lírico aviva una inquietud existencial que perfila escrupulosamente materias e invocaciones más allá de lo mutable”. Y se refería a “unos territorios íntimos que son claves a la hora de respirar estos poemas derramados, amatorios, impregnados de vida y de honestidad”. Sí, son los 22 poemas estructurados en cuatro apartados que María Jesús Ortega titula ‘Intramuros’, ‘Intemperie 1’, ‘Intemperie 2’ e ‘Indulgencia’. Este 'Hábitat' le sirvió en 2021 a la autora para ser propuesta al Premio de la Crítica Andaluza.

Como de tantas cosas, la pandemia nos privó de incontables actos sociales y culturales, entre ellos las presentaciones literarias. Fue en esa aún reciente etapa cuando la escritora había proyectado la presentación de su ‘Hábitat’, hecho que felizmente retomará este sábado 27 de abril, a las 12.00 horas, en el Aula de Cultura ‘Manuel González Benito’, en la Casa del Pueblo ‘Jesús Ruiz’ que es la sede del PSOE, que dedica todo un mes a la producción literaria de mujeres. 

María Jesús, ‘Hábitat’ es ya un poemario de largo recorrido que ha recibido abundantes, y buenas, críticas desde su aparición en el otoño de 2020. ¿Tenía algún sentimiento de obligación respecto a presentarlo en sociedad, a pesar de esos más de tres años de vida del libro? ¿Siente su obra como algo aún vigente?

–Bueno, yo no hablaría exactamente de un sentimiento de “obligación”, quizá más bien de “comunicación”. Si bien es verdad que la poesía se escribe en soledad, no deja de ser un acto de comunicación conmigo misma y, al mismo tiempo lo será con los demás. Es una necesidad de compartir. Para ello hay que obviar el pudor en buena medida pues la poesía no es una narración de ficción; divulgar tus versos, es hacer pública la confesión de tus interioridades, confiando generosamente en quienes han decidido escucharte. Y este libro, del que sí he recitado algunos poemas en público en varias ocasiones, no ha estado silenciado. Quiero decir que, el hecho de no haber tenido la ocasión de una presentación pública, no significa que no haya pasado por los ojos y el alma de los lectores. Y tengo el orgullo de poder proclamar la buena acogida, la grata valoración de sus versos y la emoción que me han transmitido los que han querido leer mi poemario. Lo cual, a mi entender, quiere decir, que he conseguido comunicar, compartir.

En cuanto a su vigencia, un libro de poemas, de corte confesional e intimista, como es el caso, puede perder la vigencia de los sentimientos y percepciones de determinadas vivencias que lo provocaron en el yo que lo escribe. Aunque, en cierto modo, puede prevalecer la forma de entender la vida y sentir y enfrentarse a esas situaciones vitales. Esa es la catarsis y el aprendizaje. Ello incluye una reflexión sobre una misma y sobre el sentido de muchas cosas. En el libro se recogen poemas escritos a lo largo de unos cuatro años, por lo tanto, hay un recorrido, un periplo que yo siento abierto y cerrado cuando decido reunir esa producción.

Y, volviendo a la vigencia, retomo otra reflexión anterior: cuando decides entregarlo al público, eres consciente de que cada cual hace suyo el poema, lo integra y lo recrea en sus propias emociones. Con lo cual, siempre es posible la identificación con lo que ahí se transmite, o eso, simplemente la emoción. También es especialmente importante para mí la belleza, la imagen sugerente y evocadora más que la descripción concreta, la generación de inquietud como cierta provocación. Que, aunque no aciertes a interpretar el contenido, nunca te deje impasible, te provoque algo.

‘Hábitat’, decía, recoge “vivencias y reflexiones de varios años” y “se abre desde lo más oscuro a la luz de la intemperie más clara…”. Decía también que para usted la poesía es su forma de interpretar el mundo… ¿Está el mundo para poesía? ¿Cómo se puede encontrar la belleza en medio de tanto desasosiego?

–Creo que, en mi respuesta anterior he contestado ya, de alguna forma, a la cuestión que introduce esta pregunta.

No obstante, me gustaría incidir en la atemporalidad del arte, en general. La creación va más allá de las modas, cánones, corrientes o fórmulas expresivas.

Pero, sí quisiera añadir algo sobre una peculiaridad de la lectura de poesía pues para su lectura hay que tener una disponibilidad, buscar el momento. No es como seguir la lectura de una novela, “necesitas necesitarlo”, que tengas esa predisposición.

Y, para contestar a esas preguntas directas parto de que creo que está superado el estereotipo de la imagen del poeta como alguien encerrado en su torre de cristal mirándose el ombligo, pertrechado en su dolor o euforia y describiendo con nimiedad florecillas o pajarillos.

El poeta es una persona más que está en el mundo, y por la que pasa tanto el desasosiego personal como el que atribula el día a día de la gente. El mismo que quita las ganas de comer en los telediarios, el mismo que se asombra ante las luces y los sonidos de la tarde o las manos de tu madre, por poner un ejemplo.

Me vienen, inevitablemente, a la cabeza, por ejemplo, estos versos de Gabriel Celaya en su impactante poema ‘La poesía es un arma cargada de futuro’: “Poesía para el pobre, poesía necesaria/ como el pan de cada día”.

Lo que te conmueve puede ser motivo de convertirse en poema, sea lo que sea. Cuántos ejemplos de voces que denuncian, que expresan el desarraigo, el inconformismo… con la misma intensidad que la conmoción ante un momento íntimo, por cotidiano que sea. El poeta, si lo elige, es porque necesita darle voz.  Sabe que no caerán en saco rotos sus versos, su proclama, porque siempre hay quien necesita escuchar esa voz. Da igual el motivo que comparta, el que le rompa o alegre el alma.

¿Cómo ha llevado su carrera docente y su dedicación a la poesía? El libro vio la luz poco antes de su jubilación. ¿Es ‘Hábitat’ simplemente un punto y seguido en su trayectoria poética? ¿Le ronda la cabeza publicar algún trabajo de manera más o menos inminente?

–La docencia es un trabajo que requiere una gran implicación personal, tanto de tiempo físico, como de efecto emocional. Esto suele ocurrir de forma especial en todos aquellos oficios donde se trabaja con personas, que te lo llevas a la cama y es difícil la desconexión. Siempre digo que crea una especie de abducción; el comienzo del curso es como un pistoletazo de salida que te obliga a buscar tiempo para ti misma, para sentirte. Así que, entiendo, que esa entrega es la causa de la merma de mi fase creativa, de la producción poética durante los cursos.

Todo eso independientemente de los periodos de sequía que se presentan sin avisar. Pero sí, ahora estoy recopilando los poemas que creo que pueden configurar un todo coherente, un libro nuevo.

Aparte, tengo atascados de hace tiempo otros proyectos, que no incluyen esencialmente el verso y que quizá retome con calma y disciplina. Esta última es imprescindible, el retoque del reposo, la reordenación y revisión… Y, quizá algún día, dé a la luz mi trabajo de recopilación de léxico arcense, iniciado hace tantos años, bajo la influencia de Cristóbal Romero, así como otras recopilaciones curiosas relacionadas con mi otra gran pasión, la tradición oral, en este caso, de Arcos.

Independientemente, procuro estar activa en cuantas colaboraciones culturales se me planteen. Tengo la suerte de tener un abanico de inquietudes y, sobre todo, siempre me hace mucha ilusión cualquier propuesta que implique algo de lo que hablábamos al principio: comunicar.

Gracias María Jesús por brindarnos esta ocasión para releer ‘Hábitat’ y emocionarnos con sus versos.

 

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