POR ANTONIO DOMINGO GÓMEZ
El colegio Vicenta Tarín cumple durante este curso cincuenta años. Hoy en día se trata de un centro dotado de todos los medios y servicios necesarios para ofrecer una educación integral a su alumnado y responder a las necesidades de las familias de su entorno.
Pero, ¿cuál fue el origen del centro? ¿Qué circunstancias determinaron la construcción de esta escuela en esta zona del barrio de San Francisco hace medio siglo? Para dar respuesta a estas preguntas vamos a retroceder en el tiempo con el objeto de conocer la situación previa a su inauguración.
Se puede decir que, durante décadas, el barrio de San Francisco había sufrido abandono en materia educativa; el elevado índice de analfabetismo y el déficit de plazas escolares eran problemas crónicos en la localidad, pero que se acentuaban en los por entonces barrios periféricos.
La Escuela Nacional de niños nº8, única escuela pública de niños que existía en el barrio en la década de los cuarenta y cincuenta, estaba ubicada en un local del antiguo convento de franciscanos, utilizado en aquella época como casa de vecinos. Sus condiciones eran deplorables tal y como se verifica en un informe de la Junta Municipal de Educación firmado el 21 de marzo de 1947; “El edificio es de propiedad particular. Tiene dos plantas, estando situada la escuela en la alta. Para llegar a clase hay que pasar por pasillos llenos de puertas de habitaciones. El techo de la clase es teja vana, se llueve. No se encuentra en buenas condiciones de seguridad, ni el resto del edificio por estar abandonado. Frío. Mobiliario insuficiente. Carece del material más indispensable para la enseñanza. Sin agua potable. No tiene ni retretes ni urinarios…” En la fecha indicada, había matriculados 30 alumnos, de los cuales asistían habitualmente 23.
Existía una escuela privada en la calle Gomeles, “la escuela de Juan” que había instalado en su casa Juan Apresa, persona dotada de una cultura media pero sin título de maestro. Su labor, sin embargo, fue muy importante porque paliaba en cierta medida el déficit de plazas educativas que antes hemos apuntado que existía en la época.
La Escuela Nacional de niñas nº5, establecida en la actual calle Cucarro, había sido una de las escuelas creadas por el gobierno republicano en 1932. La maestra Vicenta Tarín Gabaldón Picazo fue nombrada titular de la citada escuela el 10 de octubre de 1934 y ahí se mantendría hasta su cierre en 1973. En el apartado dedicado a esta escuela del informe antes indicado, Vicenta Tarín comunicaba estos datos relativos a su escuela: “Alumnas matriculadas 57, asistencia media en noviembre, 36. Debido a la recolección de la aceituna la asistencia ha descendido grandemente desde que aquella comenzó”.
La Junta Municipal de Instrucción primaria, una vez analizados los datos del informe, sugería diversas soluciones para paliar esta precaria situación en cada uno de los distritos de Arcos. Referente a este distrito, proponía la creación de un colegio:
“En la plaza de Calvo Sotelo o en sus inmediaciones podría hacerse un edificio escolar, en el cual se instalasen las escuelas de niñas unitarias 2 y 5, funcionando en régimen graduado; además, la de niños número 8 y una nueva unidad que debería crearse, ya que la única escuela que funciona en el barrio no puede acoger a toda su población infantil”.
Esta fue la primera ocasión en que se planteó la construcción de un colegio en el barrio de San Francisco, que dejara atrás la época de las aulas unitarias y que, por su mayor amplitud, pudiera por fin acoger a todos los niños de la zona. Lamentablemente este sueño en 1947 estaba todavía lejos de hacerse realidad.
El problema de la escasez de plazas escolares en Arcos lo vuelve a constatar el secretario de la Junta Municipal de Educación Primaria, don Carlos Burguillos, cuyas declaraciones al respecto, quedaron recogidas en el acta correspondiente al 17 de noviembre de 1952. “Las necesidades de la población escolar de esta ciudad son superiores a las posibilidades de que disponen los servicios de educación existentes; que así como ha aumentado la población, de igual forma y proporción conveniente debería haber aumentado el número de escuelas; que estima pertinente la creación de nuevas escuelas para atender a este incremento de población”. El presidente de la comisión, el alcalde don Federico Carretero Raga, respondía manifestando lo siguiente: “se van a iniciar las obras para la construcción de un grupo escolar que albergará cuatro escuelas”. Esta esperanzadora noticia se quedaría nuevamente sin materializar; no llegó a construirse el colegio anunciado.
En las reuniones de la junta municipal de educación que tenían lugar cada año, era un tema recurrente el problema del déficit de plazas escolares en la localidad. Era un gravísimo inconveniente al que había que dar solución urgentemente. En el acta de la sesión celebrada el 15 de octubre de 1955 se formulaba un nuevo proyecto de ordenación escolar en el que se indicaba que en Arcos, atendiendo a la población en edad escolar de aquel momento, solo funcionaban por entonces 26 escuelas (entendemos escuela como una clase unitaria) cuando en realidad, se necesitaban 44. Era imprescindible crear 18 escuelas más en Arcos. Asimismo, Se indicaba en qué distritos debieran establecerse estas mismas escuelas, atendiendo a la demanda de cada barrio; En el de San Francisco deberían, según la junta, crearse tres escuelas (niños, niñas y párvulos respectivamente).
Al respecto del déficit de plazas escolares, resultan significativas y sobrecogedoras las palabras del alcalde don Francisco de las Cuevas Amado recogidas en el acta de la junta municipal de educación del 18 de enero de 1956: “Se calcula que son quinientos niños los que no reciben enseñanzas y está sueltos en el arroyo”. Asimismo, según se recogía en un informe elaborado por el propio ayuntamiento ese mismo año, el 30% de la población arcense era analfabeta. El número de habitantes de Arcos también había crecido; de 17000 en 1930 a 24.000 en 1960. Sin embargo, el número de unidades escolares existentes seguía siendo todavía prácticamente el mismo que durante el periodo republicano. Esta situación no era exclusiva de Arcos, sino que era un problema generalizado a nivel nacional.
El estado quiso darle solución estableciendo unos planes quinquenales de construcciones escolares, a los cuales se intentó acoger el ayuntamiento de Arcos. La Junta Municipal de Educación se manifestó de esta manera el 22 de noviembre de 1956, según consta en acta de la fecha citada: “Esta Junta, después de deliberar ampliamente, considerando, con la necesidad de atender con la mayor urgencia posible a solucionar el problema de la falta de escuelas acordó formular al Excmo. Ayuntamiento la siguiente propuesta: Con arreglo a las disposiciones legales vigentes e instrucciones del Excmo. Sr. Gobernador Civil, interesa la creación en esta ciudad, y en el año 1957, de dos grupos escolares en su zona urbana y dos escuelas rurales, con lo que se remediaría, en parte, la situación, sin perjuicio de continuar en los restantes cuatro años del plan quinquenal de construcciones escolares la construcción de las demás escuelas que a este municipio corresponden”.
En la reunión de la Junta municipal de Educación primaria celebrada el 8 de noviembre de 1958, el por entonces Sr. inspector Jefe don Manuel García Tena anunciaba lo siguiente: “Un grupo escolar va a ser construido en el barrio de San Francisco, en las proximidades de la carretera de Jerez a Cartagena, centro que podrá resolver las necesidades de la gran población que tiene dicho barrio”.
El proyecto original no llegó a construirse por insuficiencia presupuestaria. En su lugar se terminaron instalando unas edificaciones mucho más modestas, las denominadas “microescuelas” aunque la denominación oficial del centro sería “Escuela Nacional Graduada de San Francisco”. Esta escuela comenzaría a funcionar en el curso 1959/1960 y estaría compuesta de tres secciones de niños y tres de niñas. Los maestros que fueron nombrados para poner en marcha aquel curso fueron los siguientes: María Ángeles Ruiz Jiménez, Dolores Contreras Serrano, Concepción Vivas González, Fernando Calero Cuaresma, Luis Ruiz Copete y Francisco Castellano Becerra.
En el acta de la Junta Municipal de Educación Primaria de 11 de junio de 1960 se recogen las impresiones que acerca del nuevo colegio manifestaba el Sr. Inspector García Tena: “Debo comentar el resultado satisfactorio el nuevo Grupo Graduado de San Francisco inaugurado en el presente año y en el que se observa una matrícula muy elevada. Este grupo ha permitido acoger a gran parte de la población en edad escolar del barrio de San Francisco aunque el censo escolar de esta ciudad no queda todavía atendido debidamente con las escuelas creadas”.
En el acta de la Junta Municipal de Educación primaria de 25 de octubre de 1962 se dio cumplimiento a la formación de agrupaciones escolares (Decreto 400/1962, estableciéndose una serie de grupos escolares en Arcos, en los cuales cada uno de ellos agruparía a las unidades que estuvieran ubicadas en un mismo edificio. En el caso de las “micros”, se dispuso que la dirección del centro recaería en la maestra Ana Sánchez Rosa.
Por la Orden Ministerial de 11 de diciembre de 1963 que desarrollaba la constitución de las agrupaciones escolares, se constituyó la “Agrupación Escolar de San Francisco”, la cual quedó compuesta por tres unidades de niños y de tres de niñas a las que se añadía la escuela unitaria de niñas nº5, ubicada en la calle Cucarro. La maestra de la última escuela mencionada, Vicenta Tarín, dirigiría desde entonces a la agrupación escolar en su conjunto y se mantendría en el cargo hasta su fallecimiento en 1976.
El 1 de septiembre de 1966 se inauguró el Colegio La Salle, el cual se erigió sobre el solar que ocupaban las ruinas del antiguo convento de San Francisco. En aquel primer curso, solo pudieron ser atendidas 200 solicitudes de admisión, de las 500 presentadas. Este centro solucionaba muchos de los problemas endémicos que habían aquejado al plano educativo de nuestra ciudad. Sin embargo, quedaba todavía mucho por hacer.
Entre los años 1969 y 1973, debido a la creación de la Barriada de la Paz, y al aumento significativo de nacimientos durante aquellos años, surgió la necesidad de establecer nuevos puestos escolares para poder atender a la elevada,y creciente en aquellos momentos, población en edad escolar. Se hacía imprescindible la instalación de un nuevo colegio que tuviera mayor amplitud y capacidad que las microescuelas.
Por el Decreto 1490/1072 de 13 de junio de 1972 se dispuso la creación de tres centros escolares de EGB en Arcos de la Frontera; uno de ellos fue el actual colegio Vicenta Tarín, cuya denominación original fue Colegio San Francisco, el cual comenzó a funcionar en el curso 1973/74 con capacidad para 320 alumnos.
Este centro sustituyó a las antiguas “micros”, utilizando para su construcción una extensión de terreno mucho más amplia, que permitía albergar un número mayor de unidades, además de la posibilidad de poder disponer de un gran patio trasero para los recreos. Al mismo tiempo, se inauguró otro colegio, gemelo en su estructura y modelo arquitectónico al citado, pero éste último ubicado en la barriada de la Soledad. Ambos centros, en su origen, formaban una única unidad y tenían la misma denominación; "San Francisco", siendo el ubicado en la barriada de la Soledad, una extensión del centro heredero de las micros.
Durante el curso 1976/77, tras el fallecimiento de la maestra Vicenta Tarín el 25 de septiembre de 1976, una maestra vocacional que había estado dedicada a la educación de las niñas del barrio durante más de cuarenta años y que además ostentaba el cargo de directora del centro desde la época de las “micros”, se decidió, en su honor, cambiar la denominación al colegio ubicado en la Avenida de la Paz por el de Colegio Vicenta Tarín.
Desde entonces, el colegio de la barriada de la Soledad, que había funcionado hasta ese momento como una extensión del colegio San Francisco, adoptó dicha designación, aunque paradójicamente, aquel centro estuviera más alejado del barrio y de la parroquia que le da nombre. Dicho colegio comenzó a caminar de manera autónoma. El colegio original del barrio de San Francisco (ahora Vicenta Tarín) ubicado en la Avenida de la Paz, cumple durante este curso el cincuenta aniversario de su fundación. Son muchas las generaciones de arcenses que han pasado por sus aulas y que han recibido una formación, no solo académica, sino rica en valores para la vida. Durante todos estos años el profesorado ha demostrado una gran dedicación y compromiso con la educación, habiendo dotado de las herramientas necesarias al alumnado para la consecución de sus sueños.
Este colegio forma parte de la identidad de su barrio y brinda actualmente una educación de calidad que mira con esperanza al futuro. ¡A por otros cincuenta años! ¡Viva el colegio Vicenta Tarín!
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es