Circunstancias azarosas y, sobre todo, los esfuerzos organizativos de la dirección de Santo Domingo, propiciaron que las más de 20 familias tuvieran el pasado septiembre la posibilidad de matricular a sus hijos en el único instituto de Bachillerato del casco histórico. La considerable cantidad de alumnos que repitieron curso u optaron por pasarse al nocturno y a módulos de formación profesional cambiaron las previsiones hechas en junio, permitiendo que ocho de los demandantes pudieran inscribirse en este instituto.
El resto en cambio ha preferido que sus hijos continuaran las clases en los centros que les asignó la Junta de Andalucía antes del verano, donde se han integrado de forma satisfactoria, destacan desde la plataforma.
La alegría de haber logrado el objetivo no oculta para la plataforma el “sabor amargo” de una problemática que sigue latente y que podría afectar a nuevas generaciones de estudiantes portuenses. La Delegación Provincial de Educación nunca aceptó las razones esgrimidas por la plataforma, sin que el anterior delegado provincial, Manuel Brenes, accediera a reunirse con los padres.
Enrique Bartolomé, portavoz de los padres, lamenta que “el fondo no ha cambiado, puesto que no han vuelto a poner el medio grupo de ciencias y el medio grupo de humanidades que suprimieron hace un año y que nosotros propusimos volver a crear para absorber toda la demanda”.
Así, Bartolomé aún no entiende “por qué se eliminó y por qué es imposible restaurarlo cuando hay aulas suficientes y cuando los profesores se muestran favorables a la idea”. En esta línea, Teresa García, una de las madres más activas, recuerda que “aún no se ha decidido cambiar la red de centros local, que no se corresponde con la realidad demográfica de la ciudad y que es el quid de la cuestión”, por lo que solicitan una solución desde el ente autonómico lo antes posible para que no se den casos como los de sus hijos.
Ambos prefieren mirar al futuro con optimismo. Durante el acto de inauguración del presente curso, Bartolomé tuvo la oportunidad de conversar con la nueva delegada provincial de Educación, Blanca Alcántara, que acudió al mismo, de quien percibe “una predisposición a solucionar el problema mucho mayor”.
Sea como fuere, para ellos la clave estuvo en la labor del director del instituto, Emilio Flor, “sin cuya comprensión no se habría resuelto el tema”. A él, a su equipo y a todos los colectivos que les mostraron su solidaridad, dirigen sus agradecimientos. Recordar que estos padres también acudieron al Pleno de la Corporación a solicitar apoyo de los 25 concejales que la conforman. Flor expresa su “alegría” por el hecho de que “dentro de la legalidad y con los recursos disponibles se haya cumplido el deseo de los padres”, que es lo importante.
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