La salita de Moy

Sevilla la marujona

Quieto ahí. ¿Esas suelas de los zapatos como vienen hoy? A ver que yo las vea...

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Quieto ahí. ¿Esas suelas de los zapatos como vienen hoy? A ver que yo las vea. Vale, vale. Perdóname, es que el otro día me cayó una buena porque pisé un charco en la casa de hermandad de San Gonzalo y no te veas como puse el parquet.

¡Qué de marujas hay en Sevilla! Ojú. Pero bueno, marujas y marujos, de estos últimos sobre todo. Te vigilan como si las vida les fueran en ello. Y yo es que no lo entiendo, de verdad. No sé, quizás proceda yo de una especie extinguida.

El pasado fin de semana, sin ir más lejos, me tuve que reír una barbaridad. Me coge un hombre respetado, de enjundia, de valores adquiridos y transmitidos con el paso de los años. Que además ha sido hermano mayor de una cofradía tan relevante como que van a coronar a su Virgen en apenas un año. Vamos, todo un caballero que se viste por los pies... Pues no que se me viene de frente en la jarana de una casa en fiesta y a voz en grito empieza a decirme con mirada penetrante, ensangrentada e incluso desafiante: “Azulejo grandeeeee, hermosooooo, bonitoooo”. Sí, sí. Con esa misma cara me quedé. Perplejo. No sé, pensé que este señor venía de alicatar su cuarto de baño y tendría ganas de expresármelo. Digo yo.

Pero la madre del cordero de los marujones auténticos llegó, un año más, el pasado sábado. Hablando de cofradías, se elegía al próximo cartelista y pregonero de la Semana Santa de Sevilla en el seno del Consejo de Hermandades. Cerezal, una apuesta diferente para pregonar la pasión a través de los pinceles. Y Alberto García Reyes. Maestro de las letras y amante empedernido de la Esperanza. Aunque su corazón sea verde... Y eso que yo andaba de trabajo por Córdoba, pero al nevagar por las redes de algunos medios lo primero que leí fue: “filtración”. Que nos gusta aquí esa palabrita, es como el evangelio para la maruja que echa sus raíces en el corral de vecinos. ¿Pero si el Consejo lo anunció el primero? Me pregunté. No, pero como este año no se ha adelantado nadie ahora el problema era que si Morillas llevó al de los Belenistas o que si Sainz de la Maza había tanteado a Charo Padilla... Lo que yo te diga, que la Sevilla marujona como no cotillee revienta. Y eso que me cuentan que el cartelista ni lo planteó Morillas... No sé, será que a falta de marujones surgirán los inventores.

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