La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) Inversiones ha puesto el foco en una controversia que involucra al Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), acusándolo de adoptar una política discriminatoria entre sus clientes en función de su residencia. Según un detallado análisis publicado en su revista mensual de enero de 2024, el BBVA parece tener un trato preferencial hacia sus usuarios en Italia, ofreciéndoles condiciones financieras considerablemente más atractivas en comparación con lo que está disponible para los españoles.
En Italia, BBVA seduce a nuevos clientes con cuentas corrientes sin gastos que ofrecen una remuneración del 4% sobre el saldo, además de presentar depósitos a un año con una remuneración del 4,25%. En contraste, en España, la oferta del banco se limita a un depósito con una remuneración del 0,65%, y eso únicamente a 13 meses y con la condición de contratar uno de sus fondos de inversión. Esta diferencia abismal en las condiciones ha suscitado preocupaciones sobre la equidad y la igualdad de trato entre los consumidores europeos.
La discriminación no se detiene en las diferencias de las ofertas. OCU Inversiones ha comprobado que para un consumidor español resulta imposible contratar los productos ofrecidos por la filial italiana de BBVA. Los requisitos excluyentes, como poseer un número de teléfono y un NIF italiano, y la restricción explícita a residentes del país transalpino, evidencian un muro invisible que separa a los consumidores por su geografía.
Esta situación ha llevado a OCU Inversiones a expresar su decepción por el hecho de que una entidad bancaria de origen español establezca tales diferencias entre los ciudadanos de distintos países de la Unión Europea. Se destaca la contraposición con la actitud de otras entidades financieras, como los bancos franceses que permiten la contratación de su Livret A sin restringirlo a ciudadanos residentes, promoviendo así la inclusión y el acceso equitativo a los servicios financieros.
Ante este escenario, OCU ha elevado su voz, presentando una queja formal ante el Defensor del Cliente de BBVA y el Banco de España, con el fin de solicitar una intervención que ponga fin a estas prácticas que consideran discriminatorias. La organización enfatiza la necesidad de adherirse a los principios fundamentales de la Unión Europea, como la no discriminación y la libre circulación de capitales, instando a BBVA a reconsiderar sus políticas y ofrecer condiciones equitativas para todos los ciudadanos europeos, independientemente de su país de residencia.
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