La repentina muerte de la senadora y ex alcaldesa de Valencia, la popular Rita Barberá, ha servido para abrir un debate sobre el insoportable e indecente escarnio público que sufren muchos dirigentes políticos antes de que la justicia dictamine sobre los hechos de los que son acusados o investigados. Es lo único sensato que ha ocurrido tras la pérdida inesperada de una destacada militante del PP que dejó de serlo semanas atrás cuando el Tribunal Supremo decidió investigarla por el supuesto blanqueo del PP en Valencia.
Entre tantos dislates planetarios de referentes del PP acusando a los medios de comunicación y a los adversarios políticos de provocar la muerte de Barberá –cuando fue la justicia la que la situó al borde de la imputación y Génova la apartó de su familia política de toda la vida- y del líder de Podemos Pablo Iglesias arrastrando al grupo parlamentario a no secundar un minuto de silencio que no tenía más lectura que la exclusiva razón humanitaria de respeto y condolencias, la diputada malagueña y ex ministra Celia Villalobos no sólo lamentó la pérdida de su compañera y acusó a los medios y las redes sociales de “condenarla a muerte”, sino que alertó sobre la persecución a otros políticos investigados, como los ex presidentes de la Junta Manuel Chaves y José Antonio Griñán.
“No comparto lo que están pasando Chaves y Griñán. Han sido encausados e investigados. ¿Y ahora ya son malvados que hay que apartar de la política? Chaves sigue viviendo en su casa de toda la vida, y Griñán con problemas económicos. Sé que esto me va a causar problemas en mi partido en Andalucía, pero Chaves y Griñán son honestos. Dejemos que se la justicia la que hable”, dijo Villalobos.
Estas palabras sólo encuentran precedente en el otrora secretario general del PP andaluz, Juan Ojeda, quien ha defendido en reiteradas ocasiones la honestidad de los ex presidentes. Pero Ojeda ya no está en primera línea política y Villalobos sí. Con su mensaje, no sólo avisa a su partido y al resto de formaciones de que los políticos son, antes que nada, personas que pueden sufrir un daño irreparable, sino que le plantea una enmienda a la totalidad al PP andaluz que ha descansado buena parte de su oposición al gobierno socialista andaluz en ‘machacar’ la imagen de Chaves y Griñán, a los que ha pedido penas de cárcel en la llamada pieza política de los EREs. De nada servirán las palabras de Villalobos. El PP andaluz no cambiará la estrategia.
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