El Juzgado de Instrucción número 2 de Cervera de Pisuerga (Palencia) ha prorrogado otro mes el secreto de sumario para todas las partes salvo para el Ministerio Fiscal, en la causa de la desaparición en Reinosa (Cantabria) de las dos niñas de Aguilar de Campoo (Palencia), que se ha reabierto casi 30 años después e investiga la Guardia Civil de Palencia.
El Juzgado de Cervera de Pisuerga, que el pasado 21 de junio reabrió el caso de las niñas de Aguilar de Campoo, Virginia Guerrero y Manuela Torres, de 14 y 13 años, que desaparecieron el 24 de abril de 1992, ha acordado volver a prorrogar la causa por otro mes más, según ha informado a EFE desde el despacho B&CH, el criminólogo Ramón Chippirrás, en calidad de portavoz de las familias.
Mediante el auto de fecha 14 de diciembre de 2021, la jueza, que había prorrogado el secreto de sumario de la causa en otras dos ocasiones, el 16 de octubre y el 15 de noviembre, ha decidido prorrogar de nuevo el secreto de las actuaciones para todas las partes por tiempo de un mes, salvo para el Ministerio Fiscal, que tendrá acceso a la documentación.
De esta forma, los equipos de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Palencia, que están investigando el caso a raíz de una nueva línea de investigación surgida tras el testimonio de una mujer que vivió un caso similar cuando también era una niña, tendrán que informar de sus actuaciones al Juzgado y a la Fiscalía.
La investigación continúa abierta y sigue su curso habitual, y se mantiene el secreto de sumario para el resto de las partes personadas en la causa, las familias y la asociación Clara Campoamor.
La representación de las familias ha agradecido el esfuerzo que está realizando el equipo investigador de la Policía Judicial de Guardia Civil de Palencia para esclarecer los hechos ocurridos en 1992 y "las muestras de cariño que continuamente reciben ambas familias".
Las dos niñas desaparecieron hace 29 años, cuando, el 23 de abril de 1992, fueron a pasar la tarde a Reinosa (Cantabria) sin permiso de sus familias y nunca volvieron a casa.
Desde su desaparición, lo único que se sabe de ellas es que fueron desde Aguilar de Campoo (Palencia) a Reinosa (Cantabria) en tren, allí fueron vistas en una discoteca y, al caer la noche decidieron hacer autostop para volver a casa y se subieron a un Seat 127 blanco, según el testimonio de una vecina de Aguilar de Campoo, que fue la última persona que vio a las menores.
El caso se ha reabierto después de que la abogada Carmen Balfagón, que colabora con un programa de televisión que tiene un espacio de crímenes sin resolver y desaparecidos, pidiera colaboración ciudadana en el programa que se dedicó el pasado mes de febrero al caso de Manuela y Virginia.
A raíz de esa solicitud de colaboración se recibió la llamada de una mujer que relató en el programa haber vivido una situación muy similar a la de Manuela y Virginia, un año antes que las jóvenes de Aguilar de Campoo, cuando también hacia autoestop con una amiga.
En este caso, las dos jóvenes pudieron escapar y una de ellas, pocos años después, de forma casual, volvió a encontrarse con la persona que las había cogido en el coche, logrando identificarla, aunque entonces no lo denunció.
Ha sido ahora, 29 años después, al ver el programa emitido en febrero, cuando decidió acudir al cuartel de la Guardia Civil para denunciarlo, lo que ha dado lugar a varias líneas de investigación en las que actualmente se está trabajando.
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