Estamos incomunicados. Para aquellos que tenemos acceso a internet y teléfono en nuestras casas, esto supone que el modo de comunicarnos con nuestros seres queridos ha cambiado. Para muchas otras personas supone que ya no tienen modo de hacerlo. Gente que, sí, no mires para otra parte, no tenía internet en casa antes ya de la pandemia.
Y, sí, no mires para otro lado, seguramente los megas del móvil, si es que tienen un smartphone, no les llegan para mantener un contacto siquiera semanal con su gente. De teletrabajar, ni hablamos. Navegar por internet para recibir información veraz sobre las medidas actuales de ayuda por parte del gobierno, ni pensarlo. Pero lo más importante de todo, es que los estudiantes que no tienen acceso a internet, o no de modo suficiente cada día, se están descolgando, no ya solo del curso, sino del acceso al conocimiento. No es una cuestión de notas; los profesores no están ahí para evaluarte tan solo, sino para guiarte. ¿Qué más da que al final te aprueben si para ti han pasado dos evaluaciones en blanco?
Internet no es un lujo. Quien piensa así, sigue viviendo en el siglo XX, igual que quien piense que las vacaciones retribuidas son un lujo sigue viviendo en el siglo XIX.
Afortunadamente, el ingenio y la solidaridad de las personas son la norma, no la excepción. Por ejemplo, en San Fernando, Cádiz, ha surgido una iniciativa a través de Facebook en un grupo que se llama «Comparte tu Wifi SanFernando (Wifi Solidario)». Búscalo. Este grupo sirve para poner en contacto a gente que pueda donar su contraseña de la señal WiFi con vecinos que lo necesiten. Como los vecinos que lo necesitan posiblemente no puedan enterarse de que existe ese grupo de Facebook, incluso aunque tengan conexión a Internet en el móvil (ya que estarán reservando los megas para cosas importantes), lo ideal es que aquellos que tengan conocimiento de alguna situación así, la comenten en el grupo y hagan de contacto físico si hace falta; los telefonillos siguen funcionando. Existen unas reglas muy sencillas de seguir y todo el apoyo del mundo por parte de la administradora, Sara Domínguez (a la que, por cierto, le vendría muy bien un poco de ayuda en esa tarea, porque también curra de lo lindo en la magnífica iniciativa Puntadas Solidarias San Fernando, otro grupo que, en este caso, se dedica a confeccionar y distribuir material sanitario a vecinos, hospitales y trabajadores).
Uso esta columna para anunciar esto porque creo que no se es útil cuando solo se habla de cosas cruciales que suceden lejos. Las cosas necesarias que suceden cerca cohesionan la sociedad y me gustaría que, al menos en este asunto, aquellos que de momento no tenemos problemas de conexión abramos los ojos y nos fijemos, incluso preguntemos a nuestros vecinos o, ¿por qué no?, nos atrevamos a poner un cartel en nuestro portal ofreciendo la contraseña a quien la necesite. Recomiendo pasar antes por el mencionado grupo —Comparte tu Wifi SanFernando (Wifi Solidario)— para asesorarse debidamente sobre cómo hacerlo de manera segura.
Y, aunque solo dispongo de la posibilidad de escribir una columna a la semana, en caso de que hayáis montado una iniciativa parecida a esta, o tengáis conocimiento de la misma, os animo a que me busquéis por redes sociales y me la comentéis, a ver si puedo ayudar a promocionarla por mis propios medios.
También quiero aprovechar para agradecer personalmente a todas aquellas personas que, como yo, no tenéis ningún puesto de riesgo en primera línea, trabajéis o no desde casa, y que ayudáis dentro de vuestras posibilidades distribuyendo información veraz, haciendo mandados a personas que no pueden salir de casa, cosiendo mascarillas o cocinando para otros. Sois la hostia. Mi única religión sois vosotros, y así mis religiosos aplausos a las ocho de la tarde, cada día, también van por vosotros.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
