Un Estado que no es coherente no es un Estado, es un mercado de abastos. Y nuestro Estado no es coherente porque está configurado de tal manera que el legislativo es el ejecutivo y elige al judicial, ni más ni menos. Porque hay demasiada gente que tiene el Decreto, la dignidad y la toga donde tiene la olla. Y no es cuestión de que todo el mundo piense como yo pienso o posea el mismo sentido de la justicia que yo tengo.
Es cuestión de coherencia.
Porque a ver, tenemos a gente en la cárcel por rebelión, por el delito de rebelión, pero tenemos al mismo tiempo a la Fundación Francisco Franco legalizada y subvencionada con fondos públicos. Franco fue un golpista. Tomó las armas para revertir el Estado de Derecho y conculcar la Democracia a su favor. Fue un cobarde y fue un genocida y fue, en definitiva, cien mil veces peor y cien mil veces más contrario a los valores democráticos que los dirigentes catalanes que tenemos en la cárcel.
Es decir, que si estás de acuerdo con que ellos estén en la cárcel tienes que estar de acuerdo con ilegalizar la Fundación Francisco Franco. ¿Acaso puedes tener en la cárcel a gente por enaltecimiento del terrorismo y al mismo tiempo permitir y subvencionar una Fundación «Txapote»? Yo creo que no.
Sin salirnos mucho del asunto catalán, creo que está bien pensar que hay intereses insolidarios detrás de la proclama de algunos de los líderes separatistas. Pero, pregunto, ¿es coherente decir esto con una boca y con una boca más pequeña pactar con los vascos lo mismo que pedían algunos de esos dirigentes catalanes? Porque eso ha pasado. Y yo veo bien que no se ceda al chantaje terrorista, pero con más vera no se cede a ningún tipo de chantaje. ¿O cómo se regula el léxico para transformar chantaje en negociación?
No, no hemos tenido un gobierno ni un dirigente coherente en toda la historia de nuestra reciente democracia. Hemos tenido pocos jueces y casi ningún fiscal que cojan el toro por los cuernos. Por ejemplo, en un juicio «M.Rajoy» no tiene necesariamente que ser Mariano Rajoy, presidente del gobierno, pero si me pongo una camiseta serigrafiada con las letras ACAB, y me ve un policía, no va a tener ninguna duda de qué significan las siglas y lo voy a pasar bastante mal.
Y si hipotéticamente yo dijera que ojalá M.Rajoy se gaste el dinero de los sobres en medicinas, estoy seguro de que quedarían, legalmente, pocas dudas de a quién me refiero. Por eso he dicho hipotéticamente, no vayamos a tener tonterías.
Un Estado que no es coherente se levanta las faldas con los saudíes y maldice a los magrebíes. Un Estado que no es coherente habla de los españoles catalanes que quieren seguir siendo españoles y se olvida y deja a su suerte a los saharauis. Esos también eran españoles y vale que fueran colonia ocupada, pero, ¿qué ha pasado con ellos tras la retirada de España? Fósforo blanco, eso es lo que pasó.
Un Estado coherente cumple y hace cumplir la Constitución siempre. Un Estado coherente que observa delito de ofensa a los sentimientos religiosos debe forzosamente observar un delito de ofensa a los sentimientos de los homosexuales, las mujeres, los inmigrantes o los comunistas cuando algún religioso los ofende.
En un Estado coherente los políticos son los últimos en subirse el sueldo, ¡los últimos, no los primeros! Pero igual no es un problema de coherencia, ¿verdad? Igual es, simplemente, que nuestro Estado está dirigido por coherentes y redomados sinvergüenzas.
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