La Gatera

Traficantes de humo

Fumar es unos de los hábitos más sucios, peligrosos y salvajes que conozco. No he fumado nunca y, cuando fumar era algo glamuroso hice lo imposible...

Publicado: 12/09/2018 ·
20:55
· Actualizado: 12/09/2018 · 20:55
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  • Cigarrillo. -
Autor

Rosa G. Perea

Rosa G. Perea es escritora. Es cofundadora del Club de Lectura del Ateneo de Sevilla y editora en Almuzara

La Gatera

Como escritora, editora y colaboradora en medios de comunicación, Rosa G. Perea habla de todo, predominando la cultura

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Fumar es unos de los hábitos más sucios, peligrosos y salvajes que conozco. No he fumado nunca y, cuando fumar era algo glamuroso hice lo imposible por adquirir el hábito. Compré distintas marcas de cigarrillos (en los 80, podías fumar en clase estudiando Bachirellato, aunque sólo tuvieras quince años). Hasta mi padre, gran fumador (que paga la factura con un enfisema), nunca puso trabas a que fumáramos. Pero ninguna de sus hijas ha fumado jamás. 

 Algo que nunca sabremos hasta qué punto ha mejorado nuestras vidas. Cada cigarrillo posee entre 7 y 20mg. de alquitrán y produce 80cm3 de monóxido de carbono que reduce en un 10% la capacidad de transporte de oxígeno sanguíneo. Cuanto mayor es el número de cigarrillos y más prolongado es el tiempo de fumador, mayor será el daño en la salud y más difícil es deshacerse de esta adicción tan tirana. Pero si además el tabaco que fumas proviene de las redes de contrabando, no sólo estamos dañando nuestra salud, además estamos financiando cosas peores. 

Y es que el tabaco es la sustancia legal más objeto de contrabando del mundo. El contrabando de cigarrillos alimenta una ingente economía sumergida que apoya a muchos de los actores más violentos en el escenario mundial, porque el delito es el más rentable y, al mismo tiempo, el que implica menores riesgos. Está demostrado que ayuda a financiar el terrorismo y diversos conflictos mundiales, fomenta la corrupción y constituye una fuente inagotable de fondos para algunos de los regímenes más represivos a escala internacional. No obstante, a pesar de su acusado impacto en la salud, el crimen y los impuestos, el contrabando de tabaco suscita escasa atención por parte de las autoridades. Incluso hay países en los que ni tan siquiera es considerado delito. Alejandro Riera, autor de títulos tan celebrados como “La mafia china”, se adentra con su última obra “Traficantes de humo”, en los entresijos de un mundo todavía desconocido para el común de los ciudadanos, en el que el crimen organizado campa por sus respetos obteniendo con ello un lucro ilícito que sobrepasa con creces cualquier expectativa.

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