Ahora hace sesenta y seis años que el árbitro Azón y su ayudante Saz, le dieron el título de Liga al Atlético de Madrid a costa del Sevilla Fútbol Club. Los treinta mil espectadores que llenaron el campo de Nervión no dieron créditos a sus ojos cuando el árbitro, después de dar validez al gol de Araujo y señalar el centro del campo, en vez de autorizar el juego aceptó las indicaciones in extremis de un juez de línea que antes no había levantado el banderín y luego lo hizo a petición de jugadores atléticos. Los jugadores de ambos equipos se enzarzaron en fuertes discusiones, ante la mirada de la Policía Armada que evitó la intervención de los aficionados encolerizados.
Ningún sevillista podrá olvidar lo ocurrido el domingo 22 de abril de 1951, en plena Feria sevillana, cuando el club decano fue desposeído en su propio campo de Nervión y ante unas treinta mil personas, del título de campeón de Liga 1950-1951, por decisión del colegiado catalán Azón, a petición del juez de línea Saz, después de que éste fuese coaccionado por varios jugadores del Atlético de Madrid.
Durante toda la temporada 1950-1951 se mantuvo el codo a codo entre el Sevilla F.C. y el Atlético de Madrid, por los primeros lugares de la clasificación, llegando al partido final del campeonato con ligera ventaja el club madrileño, al que bastaba empatar en Nervión para conseguir el título liguero. Pero antes de llegar a la última jornada, el citado club rojiblanco había protagonizado encuentros polémicos en los que varios errores arbitrales le habían beneficiado. La afición sevillista recibió de uñas al colegiado catalán Azón, porque este mismo árbitro había provocado semanas antes un gran escándalo en Vigo, donde fue apedreado por haber ayudado al Atlético de Madrid a ganar el partido jugado frente al Celta. Al mismo tiempo, Azón pidió que actuara como juez de línea en este partido un árbitro de Segunda División, Lucas Saz, que era amigo suyo, y que luego sería el principal protagonista del escándalo.
El equipo sevillista llegó a la jornada final con un palmarés de campeón, ganando todos los partidos de Nervión, donde cayeron los principales clubes por resultados históricos: Valencia, Real Madrid y Barcelona, por cuatro a cero; Lérida y Murcia por cinco a cero; con diferencias de dos y tres goles en la mayoría de los restantes partidos.
Con el Atlético de Madrid comenzó ganando uno a cero, con tanto logrado por Domenech, que luego empató Ben Barek. Y a poco de comenzar el segundo tiempo, Juan Araujo remató a gol un pase de Ayala, desde la misma raya de fondo. Azón dio por válido el tanto que en ese momento suponía el campeonato para el Sevilla F.C. y ordenó el saque de centro, pero cuando ya estaban todos los jugadores de ambos equipos dispuestos a reanudar el partido, el juez de línea Lucas Saz, levantó el banderín después de escuchar al jugador Múgica protestar de que el balón centrado por Ayala había superado la raya de fondo. Y entonces, Azón se volvió atrás de su primera decisión y anuló el tanto. Fue un grandísimo escándalo. Pero entonces no había televisión y gran parte de la Prensa madrileña se fundó en una discutible fotografía para defender la anulación del gol que dio el campeonato al Atlético de Madrid. Luego, la censura de Prensa limitó las quejas sevillistas a su mínima expresión, a pesar del razonado escrito firmado por Ramón Sánchez-Pizjuán y enviado a la Real Federación Española de Fútbol y todos los clubes y periódicos nacionales.
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