Sevilla

Archivan la causa por apropiación indebida de un gatito abandonado

Un juzgado de Sevilla ha archivado la denuncia por presunta apropiación indebida de un gatito, que una asociación protectora de animales encontró lesionado y desnutrido, lo curó y luego entregó en adopción

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Un juzgado de Sevilla ha archivado la denuncia por presunta apropiación indebida de un gatito, que una asociación protectora de animales encontró lesionado y desnutrido, lo curó y luego entregó en adopción.

El gatito, de nombre "Carboncito", fue llevado en diciembre de 2012 a una protectora de animales de la barriada de Montequinto de Dos Hermanas (Sevilla) con cojera y deshidratado, por lo que esta asociación pagó los gastos de veterinario, esterilización y colocación de un chip y lo entregó en adopción a un voluntario.

Fuentes judiciales han informado a Efe de que el juzgado de instrucción 19 de Sevilla ha archivado la causa y ha rechazado la petición de la dueña de que se hagan pruebas de ADN al gato que desea recuperar y cotejarlas con los perfiles genéticos de su padre, que la denunciante tiene consigo.


El gato responde ahora al nombre de "Búho" y la asociación protectora de animales fue denunciada por una presunta falta de apropiación indebida dado que la mascota fue tasada por un perito en 120 euros, por debajo de los 400 euros para ser calificado como delito.

La protectora de animales argumentó en su defensa que, a raíz del hallazgo del gato, puso anuncios en internet pero no apareció el dueño y se ofreció a devolver el animal, en forma de proceso de adopción, siempre que la denunciante pagase previamente los mil euros que importaron el veterinario, esterilización y colocación del chip.

Todo el proceso se hizo de acuerdo con la ley andaluza y la ordenanza de animales de Dos Hermanas, argumentó la asociación.

Además, la protectora de animales negó que se trate del mismo gato y denunció a la juez que la primera propietaria del animal había acudido a su trabajo a insultarles y es la culpable de no haber podido llegar a un acuerdo amistoso.

La reclamante, que se enteró del nuevo hogar de su gatito por el veterinario que lo atiende, ha aportado en apoyo de su petición numerosas fotos de la mascota en su domicilio y ha pedido que se le hagan pruebas de ADN para determinar su verdadera filiación.

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