La reactivación de la plataforma Sevilla por su Puerto, Eurovía del Guadalquivir, que aboga claramente por el dragado en profundidad del río y que lo vincula directamente al futuro de la zona franca ha abierto más de una herida en el seno de los sindicatos y mantiene sin cerrar las que ya existían entre los empresarios, especialmente con los del campo, que se aglutinan en Asaja.
Las direcciones provinciales de CCOO y UGT acompañaron al presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES), Miguel Rus, en su defensa del proyecto del dragado, pero en el mundo sindical no todos lo respaldan, mucho menos la estrategia marcada por el líder de la patronal, lo que ha terminado con una desautorización pública poco habitual en CCOO.
Así, tras las críticas vertidas por el secretario de la federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO Sevilla, Francisco Javier Pino, a la fórmula de “chantaje” escogida por Rus para defender el dragado (y la zona franca) relacionándolo con las deslocalizaciones como una escusa de mal empresario, la dirección provincial del sindicato lo desautorizaba públicamente considerando que se había “extralimitado” en sus funciones.
Punto por punto la dirección provincial mostraba su apoyo otra vez al manifiesto firmado con UGT y con la CES, y desautorizaba a un representante cuyo cargo se debe “a los profesionales encuentrados en el sindicato provincial de Servicios a la Ciudadanía”, por lo que quien tenía que realizar las declaraciones y expresar la opinión del sindicato era Alfonso Vidán, su secretario general y firmante de la plataforma.
Estas diferencias en el ámbito sindical también se producen en el empresarial, especialmente en lo que se refiere a los efectos que el dragado de profundización tendrá en el ecosistema del río Guadalquivir.
Conocida es la oposición que siempre ha mostrado la patronal agraria, Asaja, a este proyecto por sus efectos en la salinidad del río y en numerosas ocasiones han advertido que no lo apoyarán si los agricultores afectados, especialmente los arroceros, no recbían compensaciones que mitigaran sus consecuencias.
Rus no se olvidó de Asaja al hablar del dragado en profundidad y apuntó la necesidad de que se invirtiera en la modernización del sistema de riegos del Guadalquivir para el cultivo del arroz. Ambas posturas son compatibles y existen las medidas complementarias que lo puedan hacer posible, aseguraba. Sin embargo, la patronal agraria no asistió a la asamblea general de la CES en la que Miguel Rus volvió a apostar no sólo por el dragado en profundidad, sino en vincularlo al futuro de la Zona Franca.
Ecologistas frente a los sindicatos
Ecologistas en Acción ha criticado duramente el apoyo “incomprensible, insolidario e interesado” de CCOO y UGT al dragado en profundidad, apuntando que renuncian al “ecologismo social” y a los valores “más elementales de la lucha obrera”.
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