Los dos miembros de Asuntos Internos que investigaron el robo de 154 kilos de cocaína y heroína en la Jefatura Superior de Sevilla han asegurado hoy que el delito sólo lo pudo cometer alguien que conociera el edificio y que tenía que haber alguien de la Comisaría que facilitara información y acceso.
En el juicio que se celebra en la Audiencia de Sevilla, los dos investigadores de la Policía han negado que forzaran o indujeran a admitir el delito a los acusados, que son el agente Lars S. M, su esposa María Teresa M. S. y sus dos presuntos socios, la pareja formada por Manuel A. N. y Violeta S. G, para quienes el fiscal pide condenas de hasta 18 años y medio de cárcel.
El primero de los agentes ha explicado que la investigación, que iniciaron en junio de 2008, se planteó en torno a dos delitos, uno de robo y otro de tráfico de drogas, y que, aunque en un principio fueron sospechosos todos los integrantes de la Comisaría, tras las primeras investigaciones “no hubo más sospechoso” que Lars S. M.
Ha dicho que para acceder a la droga había que entrar en el interior de la Jefatura y llegar a los calabozos, cerrados con llave, y que para abrir el calabozo donde se guardaba la droga -que en este caso procedía de siete alijos diferentes y que no pudo ser localizada- había que tener otras tres llaves, una maestra y las otras para candados, apuntando que “por supuesto” quien sustrajo la droga debía conocer bien el edificio.
La investigación sobre Lars comenzó al tener sospechas de que podía ser él quien sustrajo la droga y que Manuel A.N. la podría haber vendido, ya que Lars, según una investigación que tenía abierta por parte de la Guardia Civil, había sido visto en un barco con un traficante de drogas.
Los dos investigadores se han contradicho al fijar la fecha en la que se cometieron los robos de droga, ya que el primero de ellos los ha situado entre 2007 y parte de 2008, mientras que el segundo ha manifestado que fueron desde 2004 a 2009.
Este segundo investigador ha explicado que desde el principio plantearon como hipótesis del robo la participación de un miembro de la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado (Udyco) y para el tráfico de drogas buscaron a alguien con capacidad para venderla.
Ha asegurado que cabía la posibilidad de que el robo lo hubiera cometido alguien ajeno a la Jefatura, pero siempre con la colaboración de alguien de dentro.
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