La celebración de la Feria de Abril (de nuevo en mayo y cada vez más en función del calendario festivo de Madrid, por subordinación a los intereses del sector turístico local) tras dos años de suspensión por la pandemia del coronavirus ha implicado que vuelva a hablarse del supuesto impacto económico que genera esta fiesta primaveral en Sevilla, cifrada en este 2022 entre 850 millones de euros y casi 900 millones.
Hasta la Asociación de Hosteleros de Sevilla y Provincia (AHS) ha hecho suya una de estas estimaciones al confiar en que al menos un 20% de la cantidad menor( o sea, 170 millones de euros) acabe en las cajas registradoras de bares y restaurantes.
Este año ha dado por hablar más de 850 millones y se destaca que como hay dos festivos (el lunes 2 de mayo, por traslado de la fiesta del primero de mayo por haber caído en domingo; y el miércoles, declarado por el Ayuntamiento de Sevilla como fiesta local) durante la semana de Feria, se espera que todavía mayor presencia de público en el Real y en las calles de la ciudad, con el dato añadido de unas reservas hoteleras al 85%.
Sin embargo, los hosteleros se han quedado cortos, ya que en 2019, la última Feria de la antigua normalidad antes de la aparición del Covid, el impacto económico del festejo estimado por el Consistorio fue de 900 millones de euros, más del doble que el dado para la Semana Santa: 400 millones.
IPC año tras año
Estos cálculos proceden de una mera actualización anual, conforme al Índice de Precios al Consumo (IPC), que hace el gobierno local de un discutible estudio que realizó “in illo tempore” la Universidad Hispalense. O sea, que si la inflación anual estimada en marzo del año en curso ha sido del 9,8%, el Ayuntamiento se limita a aplicar de forma automática ese indicador a la estimación de impacto económico de la Feria en el año precedente, sin tener en cuenta que el poder de compra de los sevillanos y de los visitantes foráneos se ha reducido en tal proporción y por lo tanto también su capacidad de gasto.
Dicho de otro modo, es probable que se mueva menos dinero que en otros años por la carestía de la vida en todos los aspectos, pero da igual: se sigue aplicando automáticamente el mismo criterio de siempre aunque las circunstancias hayan variado de forma sustancial.
Si las fiestas primaverales (Semana Santa y Feria de Abril cada vez más en el mes de mayo) movilizan conjuntamente del orden de 1.300 millones de euros según esas estimaciones oficiales y de su impacto económico se benefician bares, restaurantes, cafeterías, hoteles, taxis, coches de caballo, comercio y otros gremios fundamentalmente del sector servicios, el más importante de la economía local, ello debería traducirse en una importante reducción del número de parados en los meses en los que se celebran, conforme a la serie histórica reciente del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPES) disponible desde el año 2006.
El calendario festivo
Desde ese año hasta el actual y teniendo en cuenta que por la pandemia se suspendieron las fiestas primaverales en 2020 y en 2021, la Semana Santa se ha celebrado exclusivamente en el mes de marzo durante tres años; exclusivamente en el mes de abril, durante nueve, y a caballo entre marzo y abril, en tres años.
Por otra parte, la Feria se ha celebrado plenamente en el mes de abril en nueve años; a caballo entre abril y mayo, en un año; con un solo día (por creer que así se trata cuando dan las 12 de la noche) en abril para aparentar que hacía honor a su nombre, en un año; y plenamente en el mes de mayo, en cuatro años.
Pero las fiestas primaverales no son las únicas que se celebran en Sevilla, de ahí que haya elegido la Navidad (mes de diciembre) como elemento de comparación para medir el efecto que en materia de empleo tienen cada una de las mismas.
La Navidad gana
La comparación se puede realizar en trece de los últimos años, ya que en 2020 y 2021 se suspendieron la Semana Santa y la Feria por el coronavirus, y en 2006 faltan datos para averiguar el paro de final de año debido a que el SEPES confundió los de Sevilla con los de Segovia (y no fue la primera vez) y le atribuyó a esta ciudad castellana los que teóricamente habrían correspondido a la capital de Andalucía.
La estadística oficial demuestra que el paro bajó en el mes de la Navidad, diciembre, más que en el mes de celebración de la Semana Santa en ocho de los años analizados.
Asimismo, el desempleo bajó más en el mes de diciembre que en el mes de celebración de la Feria de Abril durante los siete años de la reciente serie histórica.
Y atención: hay cuatro meses de diciembre en los que más de 2.000 sevillanos salieron de las listas del paro porque hallaron un trabajo durante la época navideña. En comparación, ese hito sólo se ha producido en tres meses de las fiestas primaverales: abril de 2006 (cuando en el calendario coincidieron la Semana Santa y la Feria); abril de 2014 (Semana Santa) y abril de 2017 (Feria).
Datos objetivos
La conclusión es obvia: la Navidad es mucho más importante para Sevilla en lo que de verdad importa, la generación de empleo, que la Semana Santa y la Feria de Abril, a pesar de que no goza en la opinión pública de esa misma aura que las fiestas primaverales y de que nunca ha merecido la atención de la Universidad ni de ninguna consultora para la realización de uno de esos estudios de impacto económico en la ciudad.
Mientras que los supuestos 400 millones de euros que genera la Semana Santa y los supuestos 900 millones que genera la Feria se basan en meras estimaciones, los datos del paro en cada uno de los meses del año son reales, oficiales y verificables, ya que se corresponden con el número de sevillanos inscritos en las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo en demanda de un puesto de trabajo.
Por muchos millones de euros de impacto económico que se atribuyan a la Semana Santa y a la Feria de Abril, la humilde Navidad, que no tiene ningún mito asociado como el de los dineros ni el supuesto millón de personas que se congregan en el recinto de Los Remedios, contribuye en el balance más que las fiestas primaverales a rebajar el número de sevillanos inscritos en la lista del paro, y ello sin que se organicen, como durante el mandato de Zoido con los “mapping”, eventos extraordinarios añadidos.
De ello se colige que, como en su día analizamos en comparación con Vigo (https://vivasevilla.es/sevilla/1013610/contramano-navidad-sevilla-versus-vigo/), si se organizara un programa complementario de actividades capaces de atraer más turismo invernal, la Navidad podría ser todavía más generadora de empleo que hasta ahora.
Por derecho propio dado su impacto en el mercado de trabajo merece ser elevada al Olimpo de las grandes fiestas de Sevilla, junto a la Semana Santa y la Feria de Abril.
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