Es una tradición que la Feria de Sevilla, sea en abril o sea en mayo, cuente con algún día que moje los farolillos del Real aunque la que cayó ayer por la tarde, truenos y relámpagos incluidos, aguó parte de la tarde del día festivo, rompió el tradicional paseo de carruajes, obligó a buscar refugio en las casetas, en unas horas que suelen ser de trajín de una a otra, pero no consiguió terminar con la fiesta, porque con las últimas horas de la tarde y aunque pocos farolillos se salvaron, el albero volvió a llenarse y la Feria, aunque húmeda, continuó con su ambiente de fiesta.
Porque la jornada del lunes era la segunda festiva y eso en el Real se notaba. Si el domingo no cabía ni un alfiler, el lunes se presentaba más tranquilo pero porque el día anterior había sido largo y se retrasó la llegada al Real, los carruajes seguían llenando las calles del recinto ferial pero se podía andar, algo que resultaba especialmente difícil el domingo, con bullas como si fuera la Semana Santa, y cuando comenzaban a llegar los de la tarde, la lluvia hizo cambiar el ambiente y obligando a que se quedara en la intimidad de las lonas de rayas. Las carreras, los charcos, los chubasqueros improvisados dejaron paso algo más de una hora después a las miradas al cielo y a los farolillos y a retomar la fiesta.
Era jornada de recepciones en las casetas. En la del Ayuntamiento, el alcalde Antonio Muñoz recibía a representantes de la cultura, el deporte, los medios de comunicación y a numerosas entidades, aunque también acudía la plana mayor del PSOE andaluz. También era la recepción de la caseta del PP de Sevilla, donde se dejaron ver el consejero de la Presidencia, Elías Bendodo, y su viceconsejero Antonio Sanz, además de numerosos representantes de los populares. Unos y otros, al igual que el alcalde, también acudieron a otra de las citas de la jornada en la caseta de CCOO. Pero son sólo unos apuntes, porque las casetas, desde las tres de la tarde, eran un hervidero de visitas, saludos y charlas.
La jornada venía precedida por un domingo casi de récord, de la que el delegado de Gobernación, Juan Carlos Cabrera, quiso destacar la colaboración con los sectores comercial y hostelero tras la polémica por las restricciones en las zonas más cercanas al Real, aunque, según el Ayuntamiento, la coordinación diaria en el seno del Cecop están dando sus frutos y se ha detectado un descenso del botellón, especialmente por los controles de la Policía Local en la calle del Infierno y por el uso de los drones para evitar las concentraciones y ventas ilegales.
En datos, el domingo alcanzó un casi lleno total. Tussam trasladó a 182.647 viajeros, un 9,8 por ciento más que en la misma jornada de 2019, mientras que la Línea 1 del Metro de Sevilla desplazó a 156.000 personas, marcando un récord histórico. Los aparcamientos públicos de la Feria contabilizaron casi 10.000 vehículos, y el de mayor volumen, el rotatorio ubicado en el Charco de la Pava, alcanzó hasta el 100 % de ocupación al atardecer.
Con respecto a los carruajes, fueron 1.394 las entradas a través de los puntos de control de acceso, un 38,16 por ciento más que el último domingo de Feria, y en las calles del Real el foro más alto se alcanzó a las 19.22 horas, con 674.
El dispositivo sanitario, coordinado desde el Área de Salud del Ayuntamiento de Sevilla, contabilizó 255 atenciones, todas efectuadas 'in situ', sin necesidad de traslados hospitalarios.
De las 345 pruebas de alcoholemia practicadas por la Policía Local, tan solo 11 dieron positivas, y por parte de la Guardia Civil se realizaron 384, con 12 positivas. Además, la Policía Local efectuó inspecciones en 47 establecimientos, uno precintado, y en 105 vehículos para el control de las entradas de alimentos al Real, con 10 actas levantadas.
Y si hay que hablar de consumo, los servicios de limpieza y control de residuos recogieron 171.230 kilos de basura procedentes de residuos del recinto ferial y su zona de influencia. De ellos, la recogida selectiva de envases de vidrio en las casetas y los establecimientos del Real alcanzó los 42.330 kilos, lo que supone un 5,8 por ciento más que en 2019, y en colaboración con un gestor autorizado, se retiraron 648 kilos de aceite usado, para lo que se han repartido bidones para su recogida selectiva.
Además, el Ayuntamiento de Sevilla, a través de su área de Salud, ha vuelto poner en marcha en el Real los proyectos ‘Feria sin gluten’ y ‘Feria Cardioprotegida’ con el objetivo de hacer que este evento cuente cada vez con más garantías de seguridad alimentaria, además de promover el uso de desfibriladores en las fiestas de la ciudad. n
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